Cómo alimentar al niño que está enfermo

Es normal que los padres nos angustiemos ante cualquier tipo de enfermedad de nuestros hijos, sobre todo si el proceso que atraviesa el niño conlleva una disminución de su apetito, algo bastante frecuente y que puede derivar en una pérdida de peso más o menos importante, según el caso. Debemos tener presente que los niños sanos no sufren mayores daños por ingerir menos cantidad de alimentos durante unos días, aunque conviene intentar que su menú sea lo más nutritivo posible.

Dependiendo de la enfermedad concreta que presente el niño, el pediatra recomendará las acciones necesarias, no obstante debemos conocer algunos aspectos generales importantes.

1.Mantener la hidratación

A través del exceso de sudoración, los vómitos y las diarreas, los niños pierden gran cantidad de agua y sales que pueden llevarles a una deshidratación.

Por ello, durante la enfermedad, es importante ingerir líquidos adecuados para conseguir la rehidratación. Algunos consejos:

– Si el niño no desea beber o tiene dificultades para hacerlo, podemos ofrecerle tragos pequeños de agua frecuentemente con una pajita.

– Además de agua, podemos preparar otros líquidos nutritivos como la fruta diluida, zumo de verduras, batidos de fruta, caldos de pollo, yogurt líquido…etc

2. Alimentos Nutritivos.

Debido a que el niño puede mostrar poca disposición a comer, conviene aprovechar muy bien los momentos en que tenga hambre:

– Ofrecerle alimentos nutritivos pero que sean de su agrado

– Tener listos los alimentos, así como los líquidos, para que el niño pueda ingerirlos en cualquier momento. Dadas las circunstancias, no importa que se coman a deshoras los alimentos.

– Alimentos nutritivos que se recomiendan son: las sopas, purés de verduras o pollo y otros alimentos blandos como la tortilla francesa, las croquetas, los yogures…etc

3. Cuando se presenta diarrea.

Ante la presencia de diarrea, lo más importante es prevenir la deshidratación. Para ello, debemos priorizar la ingesta de líquidos y reanudar la alimentación paulatinamente. El pediatra dará las recomendaciones oportunas sobre la introducción de alimentos, que suelen ser de digestión rápida o dieta blanda hasta que cesa la diarrea. En algunos casos se prescribe suero u otra bebida que pueda reponer las sales perdidas.

Con respecto al tipo de alimentos mejor tolerados durante un proceso de diarrea, no existe acuerdo entre los expertos, aunque los estudios sugieren que los más tolerados son:

– Carbohidratos complejos (arroz, patatas, pan y cereales)

– Carnes magras (pollo, pavo..)

– Yogurt

– Frutas (manzana, plátano maduro)

4. Cuando se presentan vómitos.

Ante la presencia de vómitos, los pediatras suelen suspender la alimentación sólida durante unas horas, sustituyéndola por una solución oral que reponga las sales. Progresivamente, se debe aumentar la cantidad de líquido que ingiere el niño, a medida que vaya tolerándolo mejor y conforme vayan desapareciendo los vómitos, se comenzará con la alimentación blanda. De esta forma, se consigue dejar descansar al estómago durante un tiempo, favoreciendo así su recuperación. El pediatra, concretará el tiempo exacto de suspensión de alimentos y cómo reestablecer la alimentación, según el caso concreto.