La alimentación para el correcto crecimiento en la pubertad y la adolescencia

El crecimiento tiene un claro componente genético, pero factores como la alimentación son mucho más influyentes de lo que podemos pensar en lo que al desarrollo del niño se refiere. A la hora de buscar las causas de un retraso en el crecimiento o de un problema de talla, la nutrición es uno de los primeros parámetros a tener en cuenta, aunque existen otros que veremos a continuación.

Antes de nada hay que valorar si realmente el niño tiene un problema de crecimiento, hay ocasiones en que esta talla baja se debe simplemente a un retraso general del crecimiento, aunque el niño es pequeño para su edad está creciendo a una tasa normal.

Ocurre que la pubertad a veces se demora y estos niños seguirán creciendo una vez el resto de compañeros ya haya parado, alcanzando una estatura normal. Otro de los motivos por los que un niño presenta una talla baja es como decíamos arriba los genes, si los padres o uno de ellos es bajo el niño es probable que también lo sea y si no hay ningún problema de salud no hay porqué preocuparse.


Problemas de talla baja y de retraso en el crecimiento en niños


Pero hay ocasiones en que la talla baja se debe a otro tipo de factores, son muchos los problemas de salud y las afecciones que pueden provocar este retraso. Entre ellas destaca la desnutrición, deficiencias en la hormona del crecimiento, trastornos óseos o esqueléticos, infecciones en el feto antes de nacer, enfermedades crónicas como una cardiopatía o la diabetes, y trastornos genéticos.

Si el niño padece o ha sufrido alguna de estas enfermedades es muy probable que ahí esté la causa de su baja estatura, en todos los casos es necesario consultar con el médico. También debemos consultar si no hay causa aparente y el niño no crece como debería, en este caso el facultativo realizará una serie de preguntas a los padres a cerca de sus antecedentes y hábitos de vida, cuestionario que se completará con pruebas médicas con las que determinar a qué es debido esa talla baja.


Diagnóstico de problemas y retrasos en el crecimiento


Una de las pruebas más comunes es la radiografía de la edad ósea, el tamaño y la forma de los huesos van cambiando a medida que una persona crece por lo que la radiografía nos mostrará si los huesos del niño han cambiado y madurado o no. Otra prueba habitual es el examen de estimulación de la hormona del crecimiento.

En lo que respecta al tratamiento este va a depender de la causa que haya motivado esa baja estatura, en general lo que más necesita el niño bajito es apoyo emocional ya que su tamaño suele afectar a su autoestima debido a que a menudo suelen ser fastidiados por sus compañeros debido a su altura. Más allá de este necesario apoyo uno de los tratamientos más utilizados es el de la hormona del crecimiento, al niño se le suministran inyecciones de la misma para favorecer el crecimiento, aunque esto solo será posible en determinados casos.