El bebé no quiere dormir y se escapa de la cuna

Algunos padres sienten desesperación cuando sus hijos adquieren la costumbre de escaparse de la cuna cada vez que se despiertan y no quieren volver a dormirse solos. Cuando creían que el día había finalizado para el pequeño, éste vuelve a aparecer en escena sin previo aviso.

Desde que son recién nacidos, nuestros hijos pueden presentar dificultad a la hora de dormir solo en su cuna.

Algunos bebés necesitan más del contacto materno para sentirse seguros y no toleran despegarse de los papás. Duermen plácidamente en los brazos maternos y en el momento en que los dejan en la cuna, rompen en llanto hasta que los vuelven a cargar.

Esta situación que suele repetirse una y otra vez si no se ponen los medios adecuados, puede generar desesperación, angustia y preocupación en los padres, que no saben cómo actuar para que su hijo descanse toda la noche y les permita descansar a ellos.

Las reacciones de los padres son muy diversas, pero en la mayoría de las ocasiones se acaba cediendo a las preferencias de niño, lo que refuerza mucho más la dificultad. En ocasiones, los niños duermen con los papás hasta edades muy avanzadas lo que dificulta que descansen todos correctamente y el proceso de autonomía del niño.


¿Por qué a algunos niños les sucede esto y a otros no?


La personalidad está formada herencia y ambiente. Esto quiere decir, que hay parte de nuestro carácter que nos viene dado desde el nacimiento y parte que se desarrolla en función de nuestro entorno y experiencias.

Algunos niños presentan una mayor sensibilidad, son más inseguros o necesitan el contacto materno constantemente. Otros, desde que nacen, duermen tranquilamente en su cuna, se adaptan al horario de sueño y duermen toda la noche. Las diferencias entre bebés son tantas como niños existen, cada cual tiene su ritmo y sus preferencias.


¿Qué podemos hacer para ayudar al niño a dormir sólo?


Es cierto que no hacer nada, refuerza la dificultad del niño y puede hacer que la integre en su personalidad.

Existen diversos métodos avalados científicamente para esta cuestión. La elección de uno u otro dependerá de los propios padres, cada cual debe escoger aquel que le resulte más cómodo y al que responda mejor el niño.

De hecho las investigaciones indican que independientemente del método que se elija, lo importante es la consistencia, mantenerlo en el tiempo garantiza su éxito. Entre ellos destacan:

– Dejarlo Llorar

El más conocido es el del pediatra Richard Ferber (Estados Unidos). Afirma que para que un bebé duerma solo durante toda la noche, debe aprender a calmarse solo y para ello, conviene dejarlo llorar hasta que se calme por sí mismo.

Se sugiere entrar en la habitación a intervalos de tiempo para calmarlo sin cargarlo.

Los últimos estudios y opiniones de expertos en la materia no recomiendan poner en práctica este método.

– Dormir sin llanto

William Sears es el defensor más conocido de este método en Estados Unidos. Se recomienda un acercamiento gradual ofreciendo consuelo inmediato al bebé, se acepta dormir con el niño durante los primeros meses o años de vida, con colecho.