El primer año del bebé y su relación con el entorno

Todo es nuevo, esta sería la frase con la que sintetizar las experiencias de un recién nacido. Cada persona, cada situación, cada actividad le llega por primera vez. A lo largo de su primer año de vida se va a enfrentar a un mundo que empezará a conocer yendo de lo concreto a lo general, adaptándose poco a poco y soportando mejor todos los cambios a medida que pasan los meses y se familiariza con el entorno.

No serán iguales las relaciones que establezca un bebé de un mes que otro de nueve, según vayan creciendo irán interactuando más con lo que les rodea, ampliando su círculo de experiencias.

En muy poco tiempo va a vivir un sinfín de aprendizajes pasando de comer y dormir a identificarse como un sujeto único y establecer lazos afectivos.


El primer mes del bebé


Durante el primer mes el bebé se limitará a observar, es poco más lo que puede hacer pero en los ratos que esté despierto se fijará en todo lo que esté a su alrededor, por ello será bueno cambiarle a menudo de posición e incluso de estancia, además de empezar a estimularle con móviles de colores y música. No habrá que tener temor en cogerle a menudo, necesita mucho contacto físico, no olvidemos que somos su primer referente en este nuevo mundo.

El segundo mes la interacción mejora, aparecen las primeras sonrisas, sobre todo ante la cara de su madre, es el momento también de los primeros sonidos. Se mantiene la necesidad de estimularle, hay que hablar con él, abrazarlo y darle mucho cariño.

El interés por lo que hay a su alrededor se incrementa a partir del tercer mes, observa con atención su entorno y empieza a emitir sus primeros balbuceos. En el cuarto mes ya controla mejor su cuerpo, sostiene la cabeza, puede agarrar cosas con la mano y suele sonreír a menudo. La presencia constante de sus padres será el mejor aliciente para que se anime a descubrir su entorno.


A partir del quinto mes


En el quinto y sexto mes empieza a balbucear a menudo, le gusta escucharse, controla bien sus manos y agarra objetos para chupar, puede también cogerse los pies. Muestra ya sus claras preferencias ante lo que le gusta y lo que no. Es capaz de girarse sobre si mismo, así que hay que extremar las precauciones, también podemos jugar con él en una manta de actividades ya que ahora se divertirá mucho más.

A partir del séptimo mes el aprendizaje es muy rápido, ya se mantiene sentado así que puede coger todo aquello que esté a su alcance y manipularlo. Esa libertad de movimientos se ve con claridad en el octavo mes, le gusta jugar en el suelo y cada vez pronuncia más sílabas. También empieza a manifestar temor ante los desconocidos por lo que es importante que empiece a relacionarse con los demás sin miedo.

Con el gateo, que suele aparecer en el noveno mes, todo está a su alcance, comienzan a explorar y su capacidad de manipulación es mucho mayor, además entienden cada vez mejor a sus padres. Todas estas capacidades irán aumentando hasta el año. A los diez meses suelen ser capaces de ponerse de pie y a partir de ahí dan sus primeros pasos. Desde ahora y hasta el año aumentará su interacción con el entorno, saludarán, dirán sus primeras palabras y reaccionarán ante las emociones de los demás.

Para más detalles puedes consultar nuestra sección de desarrollo del bebé mes a mes