La muerte súbita

La muerte de un bebé es uno de los golpes más duros que se pueden sufrir, más todavía cuando no tiene una explicación. Es lo que pasa con la muerte súbita. Sin que haya un motivo claro y concreto el corazón del pequeño deja de latir.

La muerte súbita puede afectar a los lactantes hasta aproximadamente los 6 meses.

También se la conoce como la muerte blanca porque el bebé no sufre, duerme y ya no despierta. Si una vez realizada la autopsia no se encuentran causas que la expliquen, entonces se considera que ha sufrido el síndrome de la muerte súbita del lactante (SMSL).


Prevenir la muerte súbita


No hay nada que se pueda hacer para prevenirlo, es un riesgo que corren los bebés menores de un año, aunque sí se ha estudiado que características generales suelen tener los niños que la sufren. El SMSL se da con mayor presencia en niños prematuros, con bajo peso al nacer, nacidos de un parto múltiple o hijos de madre adolescente.

Estos son factores que no se pueden controlar y, aunque una vez sobreviene poco se puede hacer, sí que existen una serie de medidas preventivas para disminuir en lo posible el riesgo. Lo primero sería no tomar drogas ni fumar durante el embarazo y tampoco estar en ambientes de fumadores. Está comprobado que los bebés nacidos a partir de estas circunstancias son más propensos. También es importante llevar un control prenatal adecuado y regular.

Una vez ha nacido debemos tomar una serie de precauciones. Entre las más importantes estaría no acostarlo boca abajo, en esta posición el bebé está más caliente, y respira el aire ya exhalado, es decir, dióxido de carbono. También el exceso de calor es un factor desencadenante, la temperatura ideal estaría entre los 18 y los 20 grados. Un entorno demasiado blando para dormir no es positivo porque puede hundirse, así lo mejor será un colchón duro y pijamas abrigados antes que cubrir al niño demasiado. Si se le tapa debe ser a la altura de los brazos dejando estos por fuera.

En cuanto a la alimentación, no hay estudios concluyentes que indiquen que un niño alimentado con biberón es más propenso, pero sí lo son los niños con problemas respiratorios y gastrointestinales, y estas afecciones son menos comunes en los niños alimentados con el pecho de su madre.


Usar un chupete es beneficioso


Otra cosa que se puede hacer es darle el chupete para dormir. La succión mantiene abiertas las vías respiratorias con lo que es más difícil la asfixia. Durante los seis primeros meses de vida también es bueno que duerman en la habitación de los padres. Esta proximidad permite un mayor control y sí que es menor la incidencia de la muerte súbita entre los bebés que duermen con sus padres.

Todas estas medidas se deben comunicar a las personas que cuiden del bebé y si hay otros niños en casa hay que tener especial cuidado con el pequeño. No hay recetas mágicas, lo único que se puede hacer es llevar a la práctica estas precauciones y no vivir con ansiedad estos primeros meses de vida del niño.