Las molestias de los primeros dientes del bebé

Son tan pequeños y su capacidad de expresión está tan limitada que muchas veces cuando los bebés lloran no sabemos lo que les pasa, ¿hambre, sueño, dientes? Son las respuestas principales y normalmente se suele acertar con una o con otra y es relativamente sencillo ponerle solución. Bueno no siempre, la salida de los primeros dientes es uno de los momentos más duros para los bebés y sus padres.

Desde que cumplen tres meses y hasta los 3 años los niños van a completar su dentición.

Es un proceso que varía mucho de un niño a otro, no a todos les salen a la misma edad ni con las mismas molestias por lo que habrá que atender a las peculiaridades de cada uno.


Síntomas de la salida de los dientes


En general los primeros dientes hacen su aparición a partir de los 6 meses de edad, algunos antes otros después, pero en todos las señales que se pueden detectar son las mismas y son las que deben observar los padres para estar preparados ante esta nueva etapa. También hay casos en los que no hay ninguna señal y el diente hace su aparición sin más.

Se puede notar como la encía se inflama, los padres pueden detectar el diente que subyace si palpan la encía, el niño empieza a babear más y se lleva la mano u otros objetos a la boca, esto puede suceder hasta un mes o dos antes de que haga aparición el diente. Los primeros que aparecen son los incisivos centrales.

Ante la salida de los primeros dientes no hay ningún estudio que demuestre a ciencia cierta que es un proceso doloroso, de hecho muchos niños pasan por este proceso sin mayores molestias. Si que es habitual, además del babeo, que se muestren algo más irritables y que constantemente tengan que tener algo en la boca, pero si presenta señales como fiebre o diarreas hay que acudir al pediatra ya que no hay una correlación exacta entre estos síntomas y la dentición.

Hay que pensar que los niños pasan durante muchos meses por este proceso, los dientes les van saliendo hasta los tres años por lo que es mucho más llevadero de lo que se cree. Acaban acostumbrándose a estas sensaciones que si bien son desagradables, la gran mayoría las soporta sin grandes problemas.


Trucos para que no les duela tanto


Para ayudarles a sobrellevar mejor esta etapa podemos seguir una serie de consejos. Es bueno darles algo para morder, si está fresco mucho mejor, además de los típicos mordedores también podemos utilizar, por ejemplo, un trozo de manzana. Los dedos de los padres son otro de sus instrumentos favoritos para calmarse. Si las molestias persisten o la encía está muy inflamada se puede utilizar un analgésico frotándolo por la zona, aunque siempre consultando con el pediatra.

Una vez empieza este proceso de dentición habrá que prestar atención a su higiene, un buen cuidado bucal es necesario para asegurar que los dientes definitivos que vendrán detrás tienen una buena base sobre la que asentarse. Podemos utilizar una gasa para limpiarlos y en cuanto sea capaz se le puede comprar un cepillo para que se familiarice con él.