¿Por qué llora mí bebé?

Son muchos los padres que se preocupan y agobian porque su bebé llora y no saben cuál es el motivo. Y es que, desde que nace el pequeño sus padres se dejan la piel en lograr su comodidad, felicidad y en ofrecerle todo aquello que necesite. Por ello, en ocasiones, su llanto les hace desesperar, ya que, no saben a qué se debe.

Sin embargo, no deberán perder la paciencia y encontrar o detectar el motivo que le hace llorar.

Los bebés expresan sus emociones y sentimientos de este modo, por lo que, cuando tengan alguna necesidad o no se encuentren bien, lo manifestarán mediante sus lágrimas. Es cierto que son muchas las razones por las que puede llorar el pequeño, aunque en primer lugar, habrá que asegurarse de satisfacer las básicas.


Los cuatro lloros básicos: hambre, sueño, caca o está malito


De este modo, en la mayoría de las ocasiones, el bebé llora porque tiene hambre. Suele ser un llanto fuerte. Por ello, la madre, antes de pensar en otras opciones, deberá ofrecerle alimento. Si deja de llorar sabrá que era su forma de decir que necesitaba comer.

En ocasiones, el sueño también puede hacer que llore, aunque este llanto será más ahogado y débil. El pequeño se encuentra tan cansado que está incómodo y se quejará de este modo. Asimismo, cuando tenga el pañal húmedo, sienta frío o calor, también se quejará. Por ello, sus padres deberán comprobar que la temperatura de la habitación sea la adecuada, que no tenga el pañal sucio y, en el caso de que tenga sueño, escuchar la voz de sus padres o notar su presencia, puede calmarles y ayudarles a dormir.

Aun así, una vez que los padres comprueben que todo está bien, si el bebé sigue llorando puede que tenga algún dolor, producido, por ejemplo, por los habituales cólicos o también por los gases. En el caso de los cólicos, se produce como consecuencia de espasmos en las paredes intestinales. Suelen ser muy dolorosos y se deben, en la mayoría de los casos, al tipo de alimentación que sigue el bebé. La leche materna no suele dar lugar a este problema, mientras que las leches maternizadas o tomar el biberón sí que puede ser la causa de estas molestias.


Hay que tener paciencia, es normal que los bebés lloren


También son frecuentes las otitis y lo cierto es que este problema, a veces, es más difícil de detectar. Y es que, cuando el bebé está acostado siente dolor y presión en sus oídos, mientras que, cuando lo levantan, esa presión disminuye y se calma un poco el dolor al estar en posición vertical. Es por ello que, a menudo, los padres piensan que el pequeño lo que desea es estar en brazos de sus padres, sin darse cuenta de que realmente se debe al cambio de posición. De este modo, si se comporta de este modo, será mejor que los padres acudan a un médico para que le examine los oídos. Y es que, su cuerpo es muy delicado y si, en los primeros baños, le entra agua, puede que acabe sufriendo este doloroso problema.

Por último, cabe destacar que en ocasiones, los pequeños se sienten inseguros en este nuevo mundo al que han llegado. De este modo, si están solos, no sienten el contacto de sus padres o su voz, puede que se pongan nerviosos y sientan miedo. Por ello, será importante que si los papás piensan que éste puede ser el motivo, le cojan en brazos y le den cariño. También será muy útil que se encuentre en un lugar con una temperatura adecuada, ni calor ni frio y sin cambios, así como arropadito o apretadito en la cuna, ya que, si es verano no se le abrigará en exceso. Es fundamental que tenga una sensación similar a la que tenía en el vientre materno. En ocasiones, que el bebé se sienta seguro será casi igual de importante que la alimentación.