Cómo ayudar a los niños con los deberes escolares

Desde que se inician en el sistema educativo los niños empiezan a adquirir una serie de responsabilidades que van aumentando en función del curso escolar. Al principio se trata de pequeñas tareas, una hoja de lectura, algo de caligrafía… pero con el tiempo los deberes se convierten en una verdadera carga para los niños.

Los padres deben ayudarles a sobrellevarla.

La asunción de responsabilidades en el colegio es un proceso normal y necesario dentro de la escolarización, para que el niño comprenda y asuma esta nueva situación lo primero es que en casa también vaya adquiriendo poco a poco nuevas responsabilidades. Hacer la cama o poner la mesa son tareas que le ayudan a entender la necesidad de implicarse en el desarrollo de la vida diaria y a asumir a su vez la necesidad de los deberes como otro de sus nuevos compromisos.


Hay que hacer ver a los niños que los deberes es una cosa positiva


Una vez aceptada, la tarea de hacer los deberes se afronta con mejor ánimo, pero también es importante que sepa valorar la necesidad de los mismos. Si ante los trabajos impuestos por el profesor reaccionamos de forma negativa y nosotros mismos consideramos excesiva la labor, no transmitiremos al niño más que una sensación mayor de agobio. Se trata de afrontarlo de la mejor manera posible, un ánimo positivo influirá en la reacción del niño. Si en lugar de ‘¿todo esto tienes que hacer para mañana?’ decimos ‘Mira, que interesante la lectura de hoy’, nuestro hijo afrontará mejor la tarea.

Con la aceptación de responsabilidades y la adecuada motivación hacia la tarea, ya hay mucho camino ganado, pero todavía podemos colaborar para que los deberes no sean una carga. No se trata de estar permanentemente encima del niño para que trabaje. Uno de los objetivos de los deberes es que el niño aprenda a ser autónomo y a organizarse, debemos dejarle su espacio pero sí podemos orientarle. Hay que planificar el tiempo de los deberes, intentando que no acaparen todo su tiempo libre. Puede ser después de merendar, antes de cenar… dependerá de las rutinas familiares, pero debe ser un tiempo en el que el niño pueda estar concentrado y sin distracciones.


Hay que establecer una rutina para hacer los deberes: siempre a la misma hora y lugar


Los padres deben a su vez respetar esa hora de deberes y mostrarse disponibles. Mientras hace los deberes se puede llevar a cabo alguna actividad que nos permita ayudarlo cuando requiera. Si nos pide ayuda y le contestamos ‘ahora no, cuando acabe de hacer la cena’, no estamos favoreciendo que se respete ese tiempo de trabajo y tampoco su proceso de aprendizaje.

Se debe procurar también que el sitio donde se hacen los deberes sea el más adecuado, no tiene porqué estar metido en su cuarto, puede que se sienta más cómodo en la cocina o en la sala de estar, si esto no repercute en su labor no hay porqué impedírselo. Esta cercanía le puede hacer más llevadera la labor.

Si se siente acompañado es más fácil que la tarea se lleve a cabo sin protestas. Antes de empezar a trabajar podemos sentarnos juntos y organizar lo que tiene que hacer, mientras trabaja debemos mostrarnos disponibles y ayudarle si lo precisa y cuando acaba podemos repasar lo hecho, pero siempre de forma constructiva, las críticas hay que dejarlas de lado.