Cómo conseguir que tu hijo haga los deberes

Sin duda, uno de los grandes caballos de batalla de muchos padres con sus hijos es conseguir que hagan los deberes cada día. Hay niños que pierden el tiempo constantemente con juegos y todo tipo de distracciones antes de ponerse a estudiar.

La reacción de los padres ante esta situación es, evidentemente, enfadarse y obligarles a hacer sus tareas.

El problema es que con ello solo consiguen que estén un rato delante de los libros pero, a la mínima, se levanten de la mesa para volver a jugar.


¿Por qué los niños no hacen los deberes?


Algunos niños no hacen los deberes simplemente porque no les gusta la idea de ponerse a ello, pero no tienen ningún problema que lo justifique. En estos casos, seguir los consejos que proporcionamos a continuación.

De todos modos, debemos ser conscientes de que el niño puede tener problemas de aprendizaje, o de acoso escolar, entre otros. Si sospechamos del mínimo indicio de alguna de estas situaciones, debemos consultar a un psicólogo, para que valore si es necesario proceder a un tratamiento específico, que ayude a centrar al niño en sus tareas.


Consejos para conseguir que nuestro hijo haga los deberes


Lo primero que debemos hacer es controlar el comportamiento del niño, y ver con detalle cual es su conducta a la hora de enfrentarse con los deberes: si juega, ve la tele, se sienta pero se levanta al cabo de 10 minutos…

Cuando nos demos cuenta de lo que debe hacer el niño, y no lleva a cabo, debemos explicárselo en términos positivos. Por ejemplo, nunca tenemos que decir ‘no te levantes de la mesa’, sino ‘quiero que estés en la mesa 20 minutos seguidos’.

También puede ser un buen truco establecer una serie de premios o recompensas por los logros que consiga el niño. De esta manera le estimularemos a seguir avanzando en sus progresos. Procura establecer una ‘lista de premios’ en la que haya metas más accesibles que otras, para que él mismo vaya viendo todo lo que puede conseguir con su trabajo y esfuerzo. Cada pequeño avance puede representar un estímulo para el pequeño a la hora de continuar adelante.


El mejor consejo: crear rutinas


Igualmente, los padres tenemos que procurar un ambiente agradable y propicio para el estudio, crenado rutinas de horarios y lugares en los que el niño pueda adquirir el hábito de un estudio tranquilo.

Por último, es un buen consejo que durante los primeros días nos sentemos al lado del niño, para ayudarlo. No hablamos de tener que hacerle los deberes, sino de animarlo constantemente, por el hecho de esforzarse en llevar acabo sus tareas. Un abrazo o una caricia le puede resultar un gran premio que le lleve a continuar con su trabajo. Poco a poco, deberemos plantearnos no quedarnos siempre a su lado, y usar nuestra presencia para reforzar los aspectos que le resultan más complicados, como los ejercicios de una materia en concreto.

Poco a poco, y con paciencia y recompensas, conseguiremos que el niño se vaya acostumbrando a llevar acabo su rutina, sin tener que estar nosotros encima de él todo el rato.