Cómo educar a niños y bebés ciegos

La ceguera es una discapacidad visual que se puede presentar desde el nacimiento por diversos motivos o surgir a lo largo de la vida. En el caso de los niños ciegos su gran capacidad de aprendizaje y adaptabilidad les permite poder desarrollarse de forma paralela al resto de los niños, siempre que reciba de su entorno los estímulos y el apoyo necesarios.

Un bebé ciego se diferencia muy poco de un bebé sin este problema, recordemos que los recién nacidos ven muy poco en sus primeras semanas de vida, por tanto no vamos a encontrar grandes diferencias.

A partir de los tres o cuatro meses será cuando las diferencias empiezan a ser apreciables. Por ello es tan importante que los padres empiecen a actuar cuanto antes estimulando a su hijo a través de sentidos como el tacto y el oído, que van a resultar vitales para que el niño pueda alcanzar su máximo desarrollo.


Un bebé ciego puede presentar un desarrollo motor tardío


En el bebé ciego suele darse un cierto retraso en el aspecto motor, pero esto no es debido a ninguna variable cognitiva, muchas veces estos retrasos son consecuencia del temor y el cuidado de los padres que limitan las posibilidades de su hijo. Se trata de, a través del resto de sentidos, hacer que el niño comprenda conceptos relacionados con el espacio, para ello hay que hablarle mucho y utilizar el tacto, debemos hacer que se haga una idea de su esquema corporal y de su entorno, esta será la única forma de ir superando ese retraso que puede tener a la hora de gatear o andar.

La estimulación precoz es la herramienta más importante para que el niño aprenda cuanto antes a desenvolverse de forma autónoma. Según vaya creciendo los padres deben ayudarle a utilizar diversos objetos, por ejemplo, el peine, la esponja, la cuchara, el vaso… Se debe hacer teniendo en cuenta sus limitaciones pero sin dejar que estas condicionen todo lo que el niño puede llegar a hacer con el estímulo necesario. Es un trabajo muy costoso que requiere de una gran implicación y compromiso por parte de los padres, deben ser los primeros en aceptar la discapacidad de su hijo y ayudar a este a que no le limite, al contrario, debe servirle como motivación para superarse.


La escolarización de los niños ciegos es muy importante


La escolarización es el otro puntal en la educación de los niños ciegos, existen dos vías. Se puede apostar por la integración, de esta forma el niño convive con otros niños sin su problemática. Para ello es necesario adaptar ciertos aspectos y se requiere la implicación de los profesores pero presenta grandes ventajas ya que el niño aprende desde pequeño a convivir en un contexto que al final es en el que tendrá que desenvolverse, también es positivo para el resto de niños que aprenden a conocer realidades diferentes. Por otro lado existen centros específicos en los que el niño va a contar con todos los medios y avances para lograr su máximo desarrollo individual a la vez que le preparan para desenvolverse en sociedad.

Serán los padres los que en función de sus preferencias elijan una u otra alternativa, sea como sea nunca deberán perder de vista que lo que más va a necesitar su hijo, especialmente en etapas tempranas, es su apoyo y compromiso.