Cómo evitar una educación sexista

Aunque nuestra sociedad ha evolucionado mucho, y presumimos de evitar conductas sexistas, la verdad es que todos tenemos ideas asumidas en nuestra mente acerca de cómo se deben comportar un niño o una niña. Y no sabemos muy bien como actuar cuando estas supuestas reglas se rompen.

Nuestra cultura social nos impone la idea de que debemos educar a niños y niñas de manera diferente, aunque esto solo consigue hacer perdurar ciertos mitos acerca de las diferencias sexuales, que perduran a lo largo de los años hasta llegar a la madurez.

Las ideas de que debemos educar de manera diferente a hijos e hijas hacen que los padres marquemos de manera excesiva el modo de actuar de niños y niñas, incluso en lo estético.

Podemos decir que, de manera inconsciente, creamos niños que juegan al fútbol y tienen coches, mientras que nuestras niñas deben vestir de rosa, llevar pendientes y cabello largo y, por supuesto, jugar a muñecas y cocinitas.

Y si nuestros hijos no actúan así, en la mayoría de ocasiones nos mostramos poco tolerantes, más que nada por ‘lo que dirán’ los demás.


Los roles en la infancia


Cuando nacemos, la familia y la sociedad que nos rodean nos etiquetan en las actitudes que debemos tener como niños o niñas que somos. Y en virtud a esto, se nos educa en muchos casos de manera diferente.

Nuestra tarea como padres es fomentar en casa actitudes que fomenten la igualdad de niños y niñas en casa. No podemos negar que físicamente somos diferentes y que, incluso, podemos tener niveles de conducta diferentes, pero debemos encargarnos de que nuestros hijos e hijas no sigan estos prototipos, especialmente durante su infancia.

De todos modos, debemos dejar claro que no es lo mismo educar a niños y niñas respetando sus diferencias, que estigmatizarlos por su sexo, creando prejuicios que no deben existir.


Los prejuicios a romper dentro de la familia


Una de las labores más importantes que tenemos entre manos como padres, es educar desde pequeños a nuestros hijos en la igualdad de sexos, para evitar que vayan creciendo con la idea de que somos diferentes, y esto acabe desembocando en que tengan actitudes sexistas de adultos.

Una de las primeras cosas que podemos hacer en este sentido es evitar diferenciar entre juguetes ‘de niños’ y ‘de niñas’. Los niños también pueden jugar con muñecas, si les gusta, y las niñas con coches. Esta idea es especialmente importante porque, aunque los juguetes nos puedan parecer algo baladí, regalar a las niñas cocinas y ciertas muñecas les está, en el fondo, inculcando ciertos estereotipos de mujer y hombre que no tienen nada que ver con la realidad.

Además, también debemos procurar transmitir valores basados en la igualdad cuando educamos a nuestros hijos en relación a su puesto en la familia. Una buena manera de conseguirlo, es mostrarles como en el hogar se reparten las tareas de manera equitativa, tanto entre los miembros de la pareja, como entre los niños.