Educar en valores: compartir

Es muy importante que los padres enseñen a sus hijos a compartir, ya que, sin duda es una habilidad social fundamental que deben adquirir desde que son pequeños. Y es que, a veces, resulta difícil hacer entender a los niños que deben prestar sus juguetes, ser generosos y no comportarse de forma egoísta.

En cambio, suelen enfadarse mucho y aludir al clásico “es mío”. Ante este tipo de actitudes, los padres tendrán que actuar y seguir una serie de consejos para que sus hijos aprendan este valor tan importante.


Hasta aproximadamente los 4 años un niño no entenderá bien el concepto de la solidaridad


En primer lugar, cabe destacar que hasta que no cumplan los cuatro años no entenderán realmente la importancia de compartir y de ponerse en el lugar del otro. Por lo que, durante los primeros años se le dirá que hay que compartir pero no será hasta esta edad cuando realmente se le explique la importancia de este gesto. De este modo, cuando sean más pequeños, no será útil que los padres elaboren discursos sobre este aspecto, sino que, en cambio, se le dirá y dejará claro que compartir es una norma más a seguir en casa, como puede ser, recoger los juguetes después de jugar o lavarse los dientes después de comer, por ejemplo. Asimismo, cuando no lo hagan, los padres le demostrarán que ese comportamiento no es el adecuado, ya sea, recordándole que tiene que prestar sus cosas o no prestándoles atención, como forma de dejarle claro que no están portándose bien.

Por otro lado, cuando el pequeño ya ha cumplido los cuatro o cinco años sí que pueden ser útiles las explicaciones. Se le indicará la importancia de ser generoso, de no ser egoísta y de ser empático. Es decir, el pequeño deberá aprender a ponerse en el lugar de los demás, entendiendo así que, al compartir, también los otros podrán disfrutar de sus juguetes. También se le explicará que, aunque los demás jueguen con sus cosas, se las devolverán y él también deberá aprender a hacerlo. Asimismo, aprender a compartir no sólo tiene un sentido material, el de prestar algún objeto, sino que también implica desarrollar valores como la entrega, la generosidad, la dedicación…


El educar e inculcar un valor no se hace castigando al niño


De este modo, los padres tendrán que ser conscientes de que al pequeño no se le debe obligar a compartir ni castigarle si no lo hace. Es una habilidad o valor que debe aprender poco a poco y que, en vez de imponerle un castigo o enfadarse con él, será más útil demostrarle las ventajas de no ser un niño egoísta. Así, ellos serán los primeros en servir de ejemplo a sus hijos para que vean la importancia de este valor. El hecho de que el pequeño vea que los padres comparten su comida, o que, ambos usan el mismo ordenador cuando lo necesitan… será muy útil y también lo será, que, cuando lo hagan, se lo expliquen al pequeño.

También será útil favorecer que el niño participe en juegos en grupo, ya sea, con sus hermanos o con amigos del colegio. En estas reuniones, él verá cómo se comportan los demás y entenderá la importancia de compartir para relacionarse y divertirse. En estas ocasiones, será importante que los padres valoren la actitud del pequeño si se comporta de forma generosa, empática… es muy importante que él sepa que lo está haciendo bien. En cambio, si se enfada, no quiere prestar sus cosas… la mejor opción será hablar con el niño sólo y tranquilamente, dejándole claro que su comportamiento no es correcto, pero, sin avergonzarle ante los demás.

Los padres también pueden plantear formas diferentes de compartir al pequeño, en caso de que, le cueste aprender esta habilidad. Así, será útil que le propongan intercambiar juegos o libros con vecinos o amigos, que dividan el tiempo para ver la televisión entre los hermanos, para que, así, el pequeño entienda que la televisión es de todos y que, cada uno tendrá su momento para elegir qué ver… Con éstas y otras estrategias, poco a poco, el niño entenderá que ser egoísta no es la opción adecuada.