Educar en valores: el amor a la naturaleza

En una sociedad en la que la mayoría de personas se desenvuelve en entornos urbanos parece una misión complicada inculcar en los más pequeños el respeto y el amor hacia el medio ambiente. Hay niños que no ven una vaca o una gallina ‘en directo’ hasta que no van de excursión con el colegio a la granja escuela.

Claro está que no vamos a hacer una migración masiva hacia el campo, pero la vida en la ciudad no implica que nuestros hijos no conozcan y aprecien la naturaleza.

El amor a la naturaleza es uno de los valores más importantes que debemos inculcar a los niños, se nos suele olvidar que la vida en la Tierra no es posible por la gasolina, las fábricas o los avances tecnológicos, sino porque hay árboles que permiten oxigenar este planeta y hacer posible que podamos respirar, entre otras muchas cosas.


Es importante que los niños comprendan la importancia de la naturaleza desde pequeños


Se nos olvida también la capa de ozono y el cambio climático, quizá por que lo tenemos tan oído que acabamos por ignorarlo y le quitamos importancia, al fin y al cabo nosotros no lo vamos a ver ¿no? Pero no estamos hablando de nosotros sino de que tipo de mundo queremos dejar a nuestros descendientes. Hacerles ver a los niños la importancia de la naturaleza, y el deber de cuidarla y respetarla es vital para que este mundo siga siendo habitable.

En cualquier ciudad podemos encontrar parques, árboles y jardines donde empezar esta tarea. No hay que desaprovechar la oportunidad de enseñar a nuestros hijos qué son y para que sirven esas especies, más allá de su función decorativa. Una visita al jardín botánico se puede convertir en toda una lección que enseñe a los niños la necesidad de cuidar y respetar la naturaleza.

Además de los parques urbanos se deben planificar salidas y excursiones a la montaña a fin de que conozcan el medio natural en toda su extensión, lagos, ríos, espacios protegidos… todas estas experiencias van a ayudar al niño a entender mejor donde vive y que puede hacer para proteger su entorno, desde no ensuciarlo hasta implicarse en voluntariados, cuando es más mayor. Pertenecer a un club de excursionismo es una buena idea para iniciar a los más pequeños en este mundo, además de resultar una actividad familiar muy gratificante. Podemos ir más allá enseñando a nuestros hijos a cuidar sus plantas, solo hay que disponer de un pequeño espacio donde tener una maceta, por ejemplo.


También hay que enseñarles los animales y el amor por los animales


La naturaleza no es solo plantas y árboles, hablamos también de especies animales, visitar zoológicos, granjas-escuelas, incluso hogares de animales ayudará a los más pequeños a sensibilizarse respecto a su cuidado. En este sentido no hay mejor opción para enseñar el amor por los animales que contar con uno propio. Una mascota, debidamente cuidada y atendida será lo que mejor conciencie al niño sobre la complejidad y variedad de especies que forman este mundo y su responsabilidad en su preservación.

En otro sentido el amor por la naturaleza implicará también enseñar a los niños medidas de ahorro energético, como cerrar el grifo y apagar las luces, que son también vitales para mantener el equilibrio natural.