Antes incluso de que vea la luz la mamá puede empezar a trabajar la comunicación con su bebé, es tan fácil como hablarle todos los días. A partir del quinto mes los bebés en el útero materno perciben los sonidos del exterior, la voz de su madre va a ser lo más próximo para ellos y van a percibir si su tono es cariñoso, agresivo, si está enfadada o triste.
Por ello es importante dirigirse al bebé, contarle que le estamos esperando, lo que se va a encontrar fuera y todo aquello que la madre desee comunicar.
Una vez haya nacido la voz de su madre se convertirá así en su primer referente, le tranquilizará y le encantará mirar como se mueven sus labios cuando pronuncian sonidos. Esto es lo que querrá imitar, ya con pocos meses los bebés muestran sus preferencias hacia las caras humanas, mueven sus labios intentando reproducir los sonidos de sus seres queridos. Sus primeros balbuceos no son más que un intento de querer a hablar y es una acción que los padres deberán motivar.