El flúor en el embarazo

Los requerimientos del organismo durante el proceso de gestación aumentan considerablemente, el hecho de tener una vida en crecimiento hace que el cuerpo tenga que tirar de reservas a fin de suministrar al feto todo lo que precisa para su desarrollo.

Entre los diversos elementos que son necesarios está el flúor, es un mineral que al igual que el calcio y el fósforo interviene directamente en la formación del esqueleto del bebé.

Pero la función del flúor va mucho más allá ya que es el encargado de mantener el esmalte de los dientes y prevenir las caries.


El flúor no es sólo para limpiar los dientes


No hablamos solo de la dentadura de la madre, pese a que no le veremos los dientes al bebé hasta al menos los seis meses de vida, lo cierto es que su formación comienza a partir de la décima semana de gestación y terminará en el tercer trimestre, por eso el aporte de flúor será necesario para conseguir que nuestro bebé cuente con unos dientes sanos y fuertes.

Solo con la alimentación habitual la madre va a tener la cantidad de flúor que necesita para que su boca esté en buen estado, pero si se aumenta la ingesta de productos con alto aporte de flúor además nos aseguramos que ese extra atraviese la placenta y le llegue al feto. La dosis recomendada al día es de tres miligramos.

El flúor se encuentra en el agua potable y no es necesario tomar ningún aporte vitamínico, de hecho es contraproducente ya que un exceso de flúor acabaría provocando un efecto contrario al que se busca, en lugar de proteger los dientes de las caries ese exceso alteraría la superficie del esmalte permitiendo a las bacterias dañar a los dientes. Por eso lo mejor para obtener flúor es limitarse al agua y a otros alimentos ricos en este mineral como son el té, los pescados y mariscos y verduras como las espinacas y la col. Otros como el arroz, el trigo, la uva, la manzana o el tomate también cuentan con flúor en su composición, aunque en estos casos las dosis son muy pequeñas.


El agua y las pastas de dientes aportan todo el flúor necesario normalmente


Hay que tener presente además que las pastas de dientes y los enjuagues bucales tienen un porcentaje de flúor con el que se consigue la cantidad requerida en el embarazo. Precisamente la higiene bucal va a ser básica para asegurar que no aparezcan las temidas caries, más fáciles de padecer durante la gestación debido al efecto de las hormonas. Una alimentación sana, beber abundante agua y mantener correctos hábitos de higiene bucal serán la clave para mantener unos dientes sanos.

La dieta de la madre está directamente relacionada con los aportes que recibe el feto y en lo que respecta al flúor esta dieta será determinante en la mayor o menor probabilidad de que el bebé desarrolle caries. Así, el flúor que ingiera la madre durante el embarazo protegerá los dientes del niño y los hará más resistentes y del mismo modo la densidad global de sus huesos también aumentará.