Hierro en el embarazo para prevenir la anemia

La anemia por falta de hierro es una de las dolencias más comunes durante el embarazo. Es muy probable que se comience la gestación con buenas reservas pero a medida que pasen los meses estas disminuyan, siendo habitual que el nivel esté más bajo en la segunda mitad del embarazo, produciéndose la anemia.

Este descenso es debido a que durante el embarazo la sangre aumenta su volumen hasta en un 50 por ciento más, por lo tanto el organismo necesita producir más hemoglobina, proteína que está en los glóbulos rojos y que lleva el oxígeno a otras células, y el hierro es esencial para la producción de esta hemoglobina extra con el que cubrir las nuevas necesidades de la madre y del bebé en desarrollo.


El hierro se almacena en el cuerpo en forma de reservas, pero habitualmente las consumimos durante el embarazo


Podemos llegar al embarazo con las reservas suficientes, pero a medida que este avanza la demanda va creciendo y llega un momento en el que no hay hierro suficiente, produciéndose la anemia.

Debido a que la asimilación de hierro por parte de los alimentos no acaba de ser suficiente, ya que la dosis diaria necesaria durante el embarazo pasa de los 18 a los 30 miligramos, lo habitual es que se recete a la mujer una dosis extra de hierro en forma de suplemento.

La anemia se detectará en los análisis de sangre que se realicen en el segundo y el tercer trimestre, pero además hay otras señales que nos pueden alertar. En los casos más leves puede no hay síntomas reseñables aunque es habitual que la embarazada anémica se sienta más cansada, débil y mareada. El color de la piel suele ser más pálido, también el de los labios, en las uñas y debajo de los párpados. Otros síntomas son dolor de cabeza, irritabilidad, problemas de concentración, palpitaciones o ritmo cardiaco acelerado.


Es normal que durante el embarazo nos prescriban una dosis de hierro extra


Lo normal en esta situación es que se prescriba una dosis de hierro extra, se debe tomar en ayunas y mejor con agua o zumo ya que la leche o el café dificultan su absorción. En pocas semanas los niveles de hierro volverán a la normalidad obteniendo la reserva necesaria para llevar el embarazo sin problemas. Y es que aunque los principales síntomas se presentan en la madre ya que el bebé toma su dosis de hierro antes que ella, una carencia del mismo puede afectar a las reservas de hierro del bebé al nacer, siendo más fácil que desarrolle anemia en la infancia. También se ha encontrado relación entre la anemia de la madre y el bajo peso de los bebés o el hecho de que sean prematuros.

Tomar hierro durante el embarazo tiene también una serie de efectos secundarios que hay que conocer. Es muy habitual que se produzca estreñimiento, una dolencia común en las embarazas. Para evitar que sea un problema hay que incrementar el consumo de alimentos ricos en fibra. También hay embarazadas que siente náuseas o acidez con el hierro, en estos casos se puede fraccionar su ingesta o tomarlo con las comidas, será el médico el que nos de las orientaciones precisas.