El calostro durante el embarazo

La naturaleza goza de una gran sabiduría, el cuerpo del ser humano, está perfectamente diseñado para cubrir nuestras necesidades frente al medio ambiente.

Cuando nace un bebé, su vulnerabilidad hace necesario un aporte de defensas extras para combatir un entorno lleno de bacterias y virus, entre otras cosas.

Para ello, la futura mamá producirá un líquido especial, denominado calostro que contiene las proteínas, vitaminas y aminoácidos suficientes para reforzar el sistema inmunológico de su hijo.


¿Cuándo se empieza a producir el calostro?


En muchas ocasiones (aunque no siempre), este líquido se produce durante el embarazo, normalmente en el tercer trimestre. Las glándulas mamarias comienzan a prepararse para amamantar el bebé. En este caso, al calostro producido antes del parto, se le ha denominado “precalostro”.

La composición del precalostro es: plasma, sodio, cloro, inmunoglobulinas, lactoferrina, seroalbúmina y una mínima cantidad de lactosa. Es un alimento primordial para el recién nacido ya que refuerza sus defensas y le previene frente a virus e infecciones.

Cuando la futura mamá observa como sus pechos segregan una sustancia amarillenta y pegajosa, podemos decir que tiene “perdidas de calostro”. A partir de ese momento, será frecuente la secreción de este líquido.

En el tercer trimestre de embarazo, el bebé estimula indirectamente la producción de leche. Sus glándulas suprarrenales producen sustancias que estimulan la prolactina en la madre. Esta hormona estimula la producción de leche en las mujeres.

Existen situaciones como la excitación sexual o el masaje, que pueden provocar la secreción de calostro durante el embarazo, en cualquier caso, es importante saber que se trata de pérdidas totalmente normales ante las que no debemos alarmarnos.


¿Qué se puede hacer cuando hay pérdidas de calostro?


Las pérdidas de calostro suceden sin previo aviso, en cualquier momento la mujer puede tener sensación de mojado en el pecho y encontrar una mancha en su camisa. Esta situación, según el contexto en que se presente, puede resultar bastante incómoda para la embarazada, por lo que conviene estar preparada.

Algunos consejos:

– Se recomienda el uso de almohadillas protectoras desechables o lavables para el sostén. Revisar y cambiar frecuentemente.

– Dejar secar los senos al aire después de la ducha y alguna vez más durante el día.

– Lavar los pezones con agua tibia, no se recomienda el uso de jabones por la posibilidad de resecarlos.

– Se puede aplicar una gota de calostro sobre el pezón para lubricarlo y mejorar su resistencia.

– Los sostenes de embarazo pueden ser más cómodos, ya que el tamaño del pecho va cambiando a lo largo de la gestación.

– En cuanto a tejido, se recomienda el algodón antes que el sintético.

Siguiendo unos sencillos cuidados, las pérdidas de calostro no suponen ningún impedimento para la embarazada que puede desarrollar sus actividades cotidianas con normalidad. Es un proceso natural de preparación para una de las experiencias más bonitas de la mujer: la lactancia.

En el caso de que las molestias sean muy graves, persistan o se adviertan otros síntomas en los pezones, siempre se debe consultar con la matrona o ginecólogo que esté llevando el embarazo.