Flujo vaginal en el embarazo

El flujo vaginal es el fluido que sirve como lubricante de la vagina. Se produce con más intensidad durante la preparación para el acto sexual, en los momentos anteriores y posteriores de la menstruación, durante la ovulación y en la masturbación, fundamentalmente.

El flujo es producido por las glándulas del cuello de útero y suele tener una apariencia viscosa y transparente.

La cantidad del mismo irá cambiando con el ciclo menstrual. En este sentido uno de los momentos en que la mujer notará que su flujo ha variado, además de los comentados arriba, será durante el embarazo.


La causa: las hormonas y el aumento de la circulación sanguínea


El aumento de la producción de estrógenos y de la circulación sanguínea también en esta zona, hace que el flujo aumente. Suele ser blanquecino, prácticamente inodoro y según se vaya avanzando en el embarazo se hará más abundante. De hecho puede ser un buen indicador de que el momento del parto esta cerca. Desde el principio del embarazo se ha ido creando un tapón mucoso en el cuello del útero para proteger al bebé de posibles infecciones. Según se acerque el momento pueden haber secreciones con algún hilo de sangre, indica que el tapón empieza a desprenderse.

Este aumento de flujo en el embarazo es algo con lo que la mujer debe convivir durante estos meses, si es muy abundante puede utilizar salvaslips u otro tipo de compresa higiénica, los tampones no están recomendados. Los problemas que suelen tener las mujeres en este sentido están relacionados con sus relaciones de pareja, más que con las molestias en sí que provoca este incremento de flujo. Suele haber personas que no llevan bien este aumento en sus relaciones sexuales, se trata de abordar el tema sin complejos, sabiendo que es una situación transitoria. También hay casos en que la mayor acidez de las secreciones de la mujer pueden irritar el pene, aquí sería necesario consultar con el especialista.


Es normal pero hay que estar atentas


Pero además de estas molestias, de lo que se trata durante el embarazo es de estar atenta a cualquier cambio en la cantidad, olor, color y consistencia del flujo ya que cualquier variación significativa puede ser indicativa de una infección.

Un cambio importante en la cantidad en la mujer embarazada puede indicar pérdida de líquido amniótico, por lo que habría que consultar al especialista. Si antes de la semana 37 se notan cambios en su consistencia y color, hacia el rosa o el marrón, deberemos acudir lo más rápido posible al hospital porque podría tratarse de un parto prematuro. Otras veces el flujo no cambia de aspecto pero provoca picor o ardor, también puede ser indicativo de una infección y se debe consultar, lo mismo que si se torna amarillo, verde, espumoso o tiene mal olor. Todos estos signos indican infecciones vaginales o enfermedades de transmisión sexual.

El tratamiento para estos casos será el que indique el especialista, normalmente no suele afectar al bebé, aunque lo mejor es intentar evitar estas infecciones manteniendo una adecuada higiene de la zona y utilizando preservativo en nuestras relaciones sexuales si existe el riesgo de contraer alguna infección.