La episiotomía

La tendencia que impera en la actualidad, en lo que al momento de dar a luz se refiere, pasa por conseguir que el parto sea lo más natural posible, con la mínima intervención médica, solo lo estrictamente necesario. Crear un clima de confianza, respetando los tiempos y ayudando a la mujer a que esté relajada, parece ser la mejor manera que traer una nueva vida al mundo.

En este sentido la episiotomía estaría en el extremo opuesto de lo que se entiende como parto natural.

Es una intervención directa que realiza el ginecólogo para acelerar la expulsión del feto. Según su definición médica se trataría de una incisión quirúrgica en la zona del perineo (entre la vagina y el ano) para ensanchar la abertura vaginal y favorecer la salida del bebé.


Una técnica con bastante años


La técnica no es nueva, comenzó a utilizarse en el siglo XVIII gracias a la intervención de un médico en el proceso del parto. Hasta entonces habían sido las mujeres las que atendían los partos, desde ese momento el parto pasó a ser un acto médico, con los riesgos que eso entraña.

No es que esta práctica quirúrgica sea del todo negativa, para evitar el sufrimiento fetal o en el resto de casos que sea necesario acelerar el proceso puede venir bien. El problema es que su uso se ha generalizado practicándose en el 90% de las primerizas. A la hora de planificar el momento del parto los médicos plantean ¿episiotomía o desgarro? Se da por supuesto que, debido al esfuerzo del parto, se va a producir un desgarro que puede afectar a tejidos y músculos y en los casos graves llegar al ano, causando problemas de incontinencia de por vida. Así es como se plantea en la mayoría de los casos, ante esa opción los médicos, para curarse en salud y las mujeres, para evitar riesgos, se someten a esta práctica.

El problema es que es una técnica muy controvertida. Hay estudios que defienden su uso, precisamente para evitar desgarros, porque sustentan que más vale un corte controlado que un desgarro. En cambio otros afirman que los desgarros no se producen siempre y en caso de que se produzcan suelen tener mucha menor incidencia y repercusiones que la episiotomía, en cuanto a curación y secuelas.


Hoy en día se apuesta por realizar menos episiotomías


Como comentábamos más arriba parece haber una corriente mayoritaria que apuesta por eliminar esta práctica, o al menos reducir el número de casos en los que se practica. De hecho según la OMS “la episiotomía sistemática no esta justificada en absoluto. Deberían estudiarse otros métodos de protección del periné”.

Entre esos otros métodos uno de los más efectivos es el masaje perineal, sirve para fortalecer esta zona, ayudando así a que en el momento del parto tenga la elasticidad suficiente para que el desgarro no exista o sea el mínimo posible. También hay otro tipo de prácticas como los ejercicios de Kegel o los ejercitadores pre parto. Pero sobre todo, la mejor técnica para evitar intervenciones anti naturales es la paciencia. Cada mujer tiene su propio ritmo a la hora de dar a luz. Muchas veces los médicos no respetan estos tiempos y antes de dejar que se llegue a la máxima dilatación o que se produzcan las contracciones necesarias, se corta y se extrae el niño. Dejar que la naturaleza siga su curso es, en la mayoría de los casos, la mejor opción.

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Referencias: Wikipedia | Medline