Masajes durante el embarazo. ¿Son seguros?

Son agradables y relajantes, y aunque estos dos motivos ya serían suficientes para que toda mujer embarazada disfrutara de masajes durante el periodo de gestación, hay también motivos relacionados con la salud que hacen de esta práctica algo muy recomendado para las embarazadas, que, más limitadas a la hora de realizar ejercicio y mantenerse en forma, pueden encontrar en los masajes una forma muy agradable de mejorar su estado físico.


Ventajas de los masajes


Las principales ventajas de los masajes serían: ayudar a relajar el cuerpo, mejorar la circulación y el sistema linfático, eliminar toxinas, calmar el dolor de músculos y articulaciones, aliviar las molestias provocadas por malas posturas, tonificar y fortalecer músculos y tejidos y contribuir a un mejor descanso y a la disminución del nivel de estrés.

Si nos centramos en los beneficios de esta técnica para embarazadas comprobamos que todas estas ventajas se pueden aplicar también para superar los problemas más comunes durante su estado, como aliviar la tensión muscular, relajar las extremidades inferiores, que son las que soportan gran parte del peso del embarazo, o tonificar la piel, mejorando su elasticidad y previniendo así la aparición de estrías.

La espalda es otra de las zonas sensibles en esta etapa, por eso los masajes a aplicar serían fundamentalmente el masaje circular de cadera, masaje circular de espalda completa, masaje de espalda superior y hombros, masaje circular de espalda baja, masaje de presión en la zona sacra y masaje de piernas.


Precauciones a tener en cuenta


Pese a todo, el hecho de estar embarazada condiciona un tanto a la hora de realizar un masaje. Se deben tomar una serie de precauciones para evitar que en lugar de favorecer el estado de la mujer se le cause algún perjuicio. Lo primero es saber que en el primer trimestre los masajes en la zona abdominal o lumbar están contraindicados, cualquier manipulación debe hacerse con mucha delicadeza debido a los cambios que se sufren en este momento. Sí se pueden recibir masajes en los hombros, cervicales o piernas pero siempre por un profesional.

Otro aspecto a tener en cuenta es el uso de aceites y otros productos empleados, hay que tener cuidado con las posibles reacciones alérgicas así como con los olores. La mujer es más sensible y le pueden afectar negativamente. Pero lo más importante a considerar cuando queremos recibir un masaje es la posición. Debemos adoptar la que nos resulte más cómoda, tendida boca arriba o tumbada de costado sobre el lado izquierdo suele ser lo habitual. El todo caso será el profesional o el médico los que nos orienten.

Si cuidamos estos detalles todo lo que nos aportarán los masajes serán ventajas. Ayudarán a evitar los dolores de espalda producidos por el sobrepeso, estimularán la circulación sanguínea, evitando el problema de la retención de líquidos, actuarán sobre la piel mejorando su elasticidad y evitando las antiestéticas estrías. Se aliviará la tensión, la rigidez y los calambres y en definitiva, la mujer notará como disminuye su nivel de estrés y la ansiedad que puede provocar el embarazo.