Parto en el agua. ¿Es seguro?

Con el avance de la sociedad se han ido desarrollando a su vez nuevos métodos para hacer que el proceso de bienvenida al mundo sea lo más agradable posible para el bebé y para su madre. Dar a luz es lo más natural del mundo, pero esto no significa que no podamos aprovecharnos de las ventajas que nos ofrece la ciencia o los avances en este campo.

En este sentido, además de la epidural, las técnicas de relajación y respiración o el yoga, existen formas de dar a luz que, además de pensar en la madre y en como evitarle el dolor, se preocupan por como va a llegar nuestro hijo al mundo. Este sería el caso del parto en el agua.


El parto en el agua


Es el medio menos traumático para el recién nacido ya que pasa de un medio líquido a otro, con lo que no sufre el cambio de temperatura y ambiente de forma tan drástica. No hay que preocuparse de que no pueda respirar, tampoco lo hace cuando está en el vientre materno ya que recibe el oxígeno a través del cordón umbilical. No será hasta que este se corte cuando entre el oxígeno en sus pulmones. Pensemos que mientras esté en el agua, el niño irá percibiendo todas las nuevas sensaciones de forma atenuada. Los sonidos, los colores, las voces, la luz, todo ello le llegará poco a poco, con la cortina del agua.

Para la madre el parto en el agua tiene también una serie de ventajas. El agua actúa como un anestésico natural, relaja los músculos y la dilatación se produce más fácilmente al estar el tejido reblandecido, por lo que rara vez son necesarios anestésicos o la episotomía. La posición, vertical, no horizontal como suele ser habitual, también disminuye el dolor del parto, ya que es la forma natural de dar a luz un bebé. Por su parte el entorno favorece una actitud más relajada y positiva de la mujer hacia ese momento, alejado de la fría imagen del quirófano.


Siempre con un especialista y no apto para todos los embarazos


Con todo, el parto en el agua no es apto para todo el mundo. Solo se recomienda en embarazos de poco riesgo y siempre con la asistencia de un especialista, bien sea una matrona o un ginecólogo. No debemos hacerlo solos en nuestra bañera sin un profesional, ya que pueden surgir complicaciones y puede que sea necesario trasladar a la madre o al bebé a un hospital.

Aunque la forma normal de hacerlo es en casa con ayuda médica, cada vez son más los hospitales y clínicas que incorporan entre sus servicios bañeras donde practicar este tipo de parto. No ofrecen las ventajas ni el carácter íntimo de nuestra casa pero son lo más aproximado que podemos encontrar.

Por ahora son los menos los centros que ofrecen esta opción a las madres. En España por ejemplo, no tiene mucha implantación y para encontrar el servicio debemos dirigirnos a clínicas privadas. Todavía estamos lejos de Holanda o Inglaterra donde este tipo de partos son cubiertos por la Seguridad Social. Se están realizando avances, y quizá dentro de unos años se comprenda que una práctica que desde hace siglos llevan a cabo las indígenas de Oceanía, puede ser digna de entrar en nuestros sistemas sanitarios.

Etiquetas: , ,
Referencias: Wikipedia | Medline