El momento ideal para tener otro hijo

Cuando una pareja debe enfrentarse a la decisión de tener otro hijo, acuden a su mente numerosas indecisiones. Siempre se dice que dos niños es doble alegría, pero también doble dedicación, por lo que los padres deben tener en cuenta muchos factores a la hora de decidir cual es, para ellos, el mejor momento de tener otro hijo.

Y es que las circunstancias de una pareja nunca son asimilables a otra.

La economía, la ayuda de la familia, el compromiso de los dos miembros de la pareja… son muchos los factores que pesan a la hora de que unos padres se decidan a tener un segundo descendiente.


Factores a tener en cuenta a la hora de decidir tener otro hijo


La relación con el primer hijo es uno de los elementos a tener en cuenta, ya que es esencial compartir con él la gestación, y ayudarle a entender y aceptar lo que va a suceder. Lo primero que hay que hacer es decirle la verdad, ya que por muy pequeño que sea el niño, lo va a notar por todo lo que pasa a su alrededor, desde las conversaciones a la evidente barriga de su madre.

No es fácil que un niño pequeño, de todas maneras, sea capaz de entender el significado real de un embarazo, y un futuro bebé en casa. Por lo tanto, no se puede esperar que reaccione igual de ilusionado que los padres.

Las vivencias de los padres, asimismo, tampoco serán las mismas para los padres. Por mucha ilusión que les haga la perspectiva de un nuevo hijo, la verdad es que todo se vive con más realismo. La madre ya no se ‘emociona’ de la misma manera, porque ha aprendido a tener que convivir con los deseos y necesidades de su primer hijo, los suyos, y los del niño que vendrá.


¿Hay un momento ideal para tener un segundo hijo?


No se puede decir que exista un momento perfecto para ir en búsqueda de un segundo hijo, pero sí que hay que tener en cuenta lo que hemos dicho hasta ahora, y la situación afectiva del primer hijo.

Si el primogénito ha vivido una relación estable con sus padres, lo normal es que a los dos años ya pueda empezar a tener una cierta ‘distancia’ afectiva de su madre. Por lo tanto, ya empieza a tener un espacio para que se incorporen otros miembros a la familia.

Muchos padres esperan a que esto suceda para ir en búsqueda del segundo niño, aunque otros deciden criar a los dos seguidos, con lo que los pequeños crecen compartiendo el territorio emocional de su madre, pero en un clima de intercambio con su hermanito.

En el caso de que se espere unos años antes de ir a por el segundo, la verdad es que la diferencia de edad tampoco tiene que preocupar a los padres. Ambos crecerán con las ventajas de ser hijos prácticamente únicos, pero el segundo, además, tendrá la protección y el ejemplo del hermano mayor.