Segundo embarazo: ¿qué cambia?

Tener un segundo hijo es una experiencia completamente diferente para una pareja, en relación a como fue su primer embarazo. Para empezar, existe un factor diferencial tan importante como que la mujer, después de la experiencia anterior, ya sabe perfectamente a que se enfrenta. Esto significa que sus miedos se reducen y, por lo tanto, puede disfrutar mucha más su embarazo.

Una mujer se enfrenta a su segunda gestación llevando consigo el recuerdo del nacimiento de su primer hijo.

Si todo funcionó de manera correcta en esa ocasión, ella lo afrontará con más confianza y se sentirá más segura, porque creerá que puede predecir lo que va a pasar.

En cambio, si el primer embarazo tuvo algún tipo de complicación, la futura madre se enfrentará al actual con ciertas reticencias, que tampoco tienen sentido porque cada embarazo es completamente diferente.


Los cambios físicos en el segundo embarazo


Lo que, sin duda, representa una ventaja para la futura madre que afronte un segundo embarazo es que su cuerpo ya está en buena parte preparado para ello. En su organismo existe una especie de código hormonal que mantiene el recuerdo de los cambios que se sufren en la primera gestación, cara a las posteriores.

De esta idea se deduce, por lo tanto, que todo el proceso de adaptación de los primeros meses y del parto, es mucho más fácil.


El hijo mayor ante el segundo embarazo


Un segundo embarazo no lo afrontan los padres solos. El hijo mayor está ya presente en la vida familiar y, por lo tanto, su visión de la situación va a ser uno de los cambios importantes a la hora de enfrentarse a un nuevo embarazo.

El primer hijo empieza a perder su posición privilegiada dentro de la familia cuando su madre queda embarazada por segunda vez. Si es un niño más mayor, existen muchas posibilidades de que entienda perfectamente lo que ocurre, y lo acepte. En otros casos, será incapaz de comprenderlo y los padres deberán luchar para que su hijo mayor no se sienta excluido del nacimiento de su hermano pequeño.

Para conseguir que el niño mayor se enfrente a los cambios que significa en su vida el nacimiento de otro niño en su hogar, es importante hacerlo participar al máximo en todo el proceso, enseñándole ecografías, y explicándole los preparativos que se llevan a cabo para acoger al nuevo bebé en casa. Cuanta más información tenga el niño, mejor podrá aceptar todo lo que va a suceder en su familia y más fuerte y seguro se sentirá.

Si se quiere evitar los celos del niño mayor de la casa es importante que los futuros padres sepan alternar sin problemas la atención al nuevo bebé, con la de su primer hijo, ya que de esta manera éste sentirá que las cosas no han cambiado tanto. Abuelos, canguros y todas las personas de su alrededor pueden colaborar en que esto sea posible sin tener excesivos problemas personales.