¿Tu bebé será niño o niña?

Cualquier madre embarazada disfruta visualizando a su bebé e intentando conectar con él desde que se encuentra en el vientre, por ello, una de las inquietudes más habituales que surgen es saber si se trata de una niña o de un niño. Otros aspectos que dependen de ello y también se esperan con ilusión, son la elección del nombre o la decoración de su habitación, por ejemplo.

Muchos padres apuestan por el sexo del bebé, dejándose guiar por la intuición, pero no es hasta alrededor del cuarto mes de gestación, cuando con las técnicas de ultrasonido, nos confirman las suposiciones.

La técnica de Ultrasonido se practica a la embarazada alrededor del cuarto mes de gestación, como parte de su control prenatal.

Se trata de recoger una imagen del bebé y su anatomía, con lo que se consigue normalmente y si el pequeño se deja ver, identificar su sexo, además de evaluar su desarrollo. A pesar de ser un método científico y fiable, en alguna ocasión no resulta infalible ya que dan cabida al error humano, es decir, del técnico que la realice. Normalmente, cuando la gestación alcanza los 5 meses, los genitales del bebé son completamente visibles y existe una clara diferenciación entre dos diminutas rayitas (vagina) o una pequeña protuberancia (pene).


¿Se puede saber antes el sexo del bebé?


En la actualidad, gracias a las pruebas genéticas, es posible detectar científicamente el sexo de nuestro bebé a partir de la séptima semana de embarazo mediante un análisis de ADN, con la sangre de la madre. Este procedimiento puede detectar también otras anomalías precozmente con demostrada eficacia, aunque actualmente no está implantado dentro del control prenatal habitual.

Además, existen otras pruebas como la amniocentesis o la biopsia corial que extraen líquido amniótico y vellosidades coriónicas respectivamente y consiguen detectar además de defectos congénitos, el sexo del bebé. Estas técnicas se consideran invasivas y conllevan mayores riesgos para el bebé.


Trucos o métodos populares para saber el sexo del bebé (y que no funcionan)


Desde la antigüedad, la humanidad ha estado intentando encontrar métodos caseros para salir de la incertidumbre del sexo del bebé durante el embarazo, a pesar de no estar contrastadas científicamente, se han empleado durante años y son popularmente conocidas. A modo de curiosidad, se detallan ejemplos como:

Fases de la luna: según las costumbres mayas, la fase lunar en el momento de la concepción indica un niño si es luna nueva o creciente y una niña si es la luna llena o cuarto menguante.

Tabla Maya o China: mediante combinaciones numéricas, algunas culturas, intentan pronosticar el sexo del bebé, conociendo la edad de la madre y el mes en el que se produce la concepción.

La prueba del anillo: quizá sea una de las más extendidas. Consiste en colocar un anillo suspendido en una cadena sobre el vientre de la mamá y observar el tipo de balanceo que se produce.

Náuseas: según este mito popular, si se producen desde el inicio de la gestación, estaremos esperando un niño y si las náuseas aparecen pasado el primer trimestre de embarazo será una niña.