Cocinando con niños

Cocinar con tu hijo puede ser una experiencia muy enriquecedora para ambos y a la vez una manera muy divertida de pasar una tarde de domingo. Si tu hijo tiene ya más de tres años es un buen momento para empezar a trastear en la cocina.

Están desarrollando el sentido del olfato, el tacto, la vista, la audición y el gusto y por tanto cocinar puede ser una manera de descubrir nuevas sensaciones y educar sus sentidos.


La mejor manera de estrechar lazos con tu hijo


No solo van a aprender a identificar olores o sabores, también van a practicar como controlar su fuerza a la hora de romper una cáscara de huevo o su destreza a la hora de colocar trozos de manzana sobre una tarta.

No existe la receta perfecta para realizar con un niño.

Hay que tener en cuenta su edad. Para un niño de entre 3 y 6 años lo más divertido va a ser dar forma a galletas o decorar pasteles con chocolatinas y golosinas. Si los niños ya tienen entre 7 y 10 años ya empiezan a poder hacer cosas más complejas como un bizcocho.

Una receta que suele gustar mucho a los niños es la pizza. Disfrutan amasando la harina, estirando la masa, viendo como dobla su volumen y luego añadiendo sus ingredientes favoritos.

Además de aprender a controlar sus habilidades y favorecer el aprendizaje de sus sentidos el cocinar con niños va a ayudar a desarrollar su creatividad. La cocina es un espacio que permite innovaciones, y la imaginación de los más pequeños es perfecta para que una receta simple se convierta en una aventura.


Siempre atentos a la seguridad en la cocina


Estar con niños en la cocina conlleva mucha responsabilidad. Es recomendable no superar el ratio de dos niños por adulto ya que hay que vigilar que no se acerquen a los fogones, que no se dañen con cubiertos o que no jueguen con utensilios peligrosos. Si tienes demasiados niños a tu cargo mientras cocináis puede ser peligroso y no vais a disfrutar de la experiencia.

La cocina es también un lugar perfecto para mejorar la comunicación con un niño. Al tratarse de un ambiente relajado en el que el niño está contento y aprendiendo nuevos conocimientos es fácil hablar con el niño y propiciar que él esté dispuesto a hablar de sus emociones, de sus miedos o simplemente de cómo le va en el colegio.

También es una buena manera de desarrollar el lenguaje especialmente con los más pequeños. Van a aprender nuevas palabras, descubrirán nuevos objetos y preguntaran sobre todo aquello que les resulta desconocido.

Es importante que los niños desde pequeños aprendan a diferenciar cuales son los alimentos más saludables, los que deben ingerir todos los días, las maneras más sanas de cocinarlos y cuáles son aquellos alimentos que es mejor que solo tomen esporádicamente.

Si están acostumbrados a estar en la cocina y a ver la elaboración de las comidas y ayudar en el proceso será más fácil que tomen conciencia de cómo llevar una dieta equilibrada y les hará sentir que ellos mismos saben lo que les conviene.

Debemos tener en cuenta que si a un niño no le gusta estar en la cocina no es recomendable obligarle. Si lo hacemos todos los beneficios que puede tener cocinar con ellos van a desaparecer y solo conseguiremos una rabieta por su parte.