Flotadores y manguitos de niños

Con el verano a la vuelta de la esquina es la hora de prepararse para acudir a las playas y piscinas con todo lo que ello supone cuando se tienen niños pequeños. Sombrilla, cubo, pala, cremas protectoras, gorritos… y cuando ya empiezan a jugar en el agua, flotadores, manguitos, colchonetas y demás utensilios acuáticos.

De todos estos elementos necesarios para la playa y la piscina hay algunos con los que hay que tener especial cuidado, ya que son los encargados de garantizar la seguridad de nuestros hijos en un medio potencialmente peligroso como es el agua.

Los flotadores y manguitos son objetos económicos, pero con los que no se debe escatimar. A la hora de comprarlos vale la pena invertir un poco más con tal de asegurarnos de que cumplen con todas las garantías precisas.


Hay que verificar que el producto cumple las normativa vigente


El problema está en que más de la mitad de los artículos que se pueden encontrar en las playas y piscinas no cumplen con las normas de seguridad. Hay que comprobar la etiqueta, en ella debe constar el peso máximo que soportan, la edad del niño, si han pasado los controles de calidad exigidos y si cumplen con la normativa europea, todo ello en español. Si esto no es así nos arriesgamos a que el flotador o los manguitos se pinchen con facilidad, su válvula de aire se rompa o no garanticen la estabilidad del niño que lo está utilizando. Todo ello con el consiguiente riesgo.

Una vez estemos seguros de que el producto es el adecuado para nuestro hijo lo que se debe vigilar es que este le de el uso correcto. Estos productos deben estar bien ajustados pero sin resultar opresores y no deben ser incómodos para el niño que los utiliza. En el caso de los manguitos hay que enseñar al niño desde pequeño a no meterse al agua sin ellos, en caso de que no sepa nadar y a que esté atento ante cualquier problema con su uso. Lo mismo con el flotador. Los niños suelen utilizar estos muchas veces como juguetes, se trata de recordarles que son también elementos precisos para su seguridad y que deben tener cuidado cuando los utilicen.


El niño siempre tiene que estar con un adulto, nunca sólo en el agua


Lo que no puede faltar es la supervisión de un adulto siempre que haya niños en el agua, también hay que tener en cuenta que el uso de flotadores y manguitos no va a favorecer que el niño aprenda a nadar. Los manguitos por su forma, no permiten que el niño mueva los brazos correctamente, simplemente le ayudan a mantener el equilibrio, pero no son adecuados para enseñarle a defenderse en el medio acuático. Lo mismo sucede con el flotador, como su nombre indica le ayuda a flotar pero nada más. Además debido a su forma y al material con el que está hecho es fácil que vuelque dejando al niño expuesto, por lo que la supervisión es imprescindible.

Por todo ello, aunque son elementos que se pueden utilizar en primer momento para que el niño se sienta seguro, no son los más adecuados para que aprenda a nadar. Este debe ser el objetivo final, ya que es lo único que puede garantizar una mayor seguridad en el agua.