La disciplina y el esfuerzo de los niños

Hablamos de dos valores que es necesario desarrollar en los niños, no solo para asegurar que sean capaces de cumplir con éxito sus tareas académicas, si no para que en general consigan triunfar en todo aquello que se propongan, ya sea a nivel personal o profesional. Y es que la disciplina y el esfuerzo va a ser aquello que permita a los niños ser persistentes en sus objetivos y luchar por conseguirlos.

El trabajo debe empezar desde que son pequeños, normalmente los padres no insisten demasiado en este tema hasta que se llega a la escuela, que es donde realmente se desarrollan los hábitos que permitirán al niño ser disciplinado.

Pero la labor debe llevarse a cabo de forma conjunta, ya que sino sus efectos son mucho menores.


Las rutinas son un buen método para establecer la disciplina y esfuerzo


Pensemos en un niño que llega a casa con deberes del colegio y una vez allí no cuenta con un tiempo establecido para hacerlos, con el clima adecuado o con el apoyo de sus padres, que además priorizan otro tipo de cuestiones antes que el hacer las tareas escolares. La disciplina y el esfuerzo se adquieren con tiempo y con el ejemplo que se nos da de nuestro entorno más cercano, por eso, por mucho que se haga desde el colegio, los padres deberán implicarse en este desarrollo.

Ser disciplinado es simplemente hacer las tareas siguiendo un orden y unas normas concretas, por eso en casa este orden resultará fundamental. Primero el niño tiene que tener su espacio para trabajar, además de una rutina fija, esta se puede establecer después de la merienda, antes de la cena… debe ser un horario que venga bien al niño y a sus padres ya que estos deben estar disponibles para su hijo. Ese tiempo de trabajo se debe respetar, por mucho que proteste el niño o incluso aunque a nosotros ese día no nos apetezca. Solo así vamos a conseguir que aprenda a ser disciplinado, que responda ante sus responsabilidades.


Los padres deben apoyar a sus hijos en los momentos en los que el  esfuerzo decae


Estos momentos son los que se deben aprovechar para incentivar su esfuerzo, seguramente se va a enfrentar a tareas complicadas, el papel de los padres debe ser de apoyo. No vale resolverles los problemas aunque así acabemos antes, debe aprender a hacer las cosas por si mismo, contando con nuestra ayuda si es necesario. Esta forma de actuar le va a servir en todos los ámbitos de su vida, le ayudará a no rendirse a las primeras de cambio, a esforzarse por lograr lo que busca.

En definitiva son dos valores que se aplican fundamentalmente en la escuela, y que incluso suelen tener connotaciones negativas, pero que van a ser básicos para ayudar a nuestros hijos a la hora de conseguir sus metas. Para ello nosotros mismos deberemos aplicarnos esos principios y predicar con el ejemplo, siendo personas constantes, trabajadoras y con ansias de superación. No hay que olvidar que todo lo que queramos para ellos deberemos empezar a dárselo con nuestra propia forma de actuar.