La enuresis y el rendimiento intelectual de los niños

La falta de control en la micción en niños que ya deberían poder hacerlo en función de su edad es lo que se conoce como enuresis. Hacerse pis en la cama es algo que a priori sucede a muchos niños y que los padres ven en principio como algo normal que pasará con el tiempo. Pero dejar que pase el tiempo sin actuar o achacar ese problema a las preocupaciones que pueda tener el menor es un error.

La enuresis como tal es una disfunción que se debe diagnosticar y valorar, bien es cierto que muchos de los casos de enuresis, sobre todo aquellos de tipo de secundario, esto es, aquellos en los que el niño ha recaído después de controlar sin problema sus esfínteres, se producen por algún cambio en la vida del menor.


Pueden existir consecuencias graves para el niño en caso de no solucionar la enuresis


Normalmente abordando esa problemática el problema se suele solucionar.

Pero cuando el menor no ha controlada nunca su necesidad de orinar puede haber una disfunción vesical y dada la conexión de todos los órganos con el cerebro, esta disfunción provoca una disminución de las funciones del sistema nervioso y de la capacidad cognitiva, afectando por tanto a su rendimiento intelectual.

En general, sea cual sea el tipo de enuresis, el hecho de mojar la cama va a influir en la calidad del sueño. El niño con enuresis duerme peor y por tanto no descansa lo suficiente para permitir que su cerebro esté activo y en forma, así su rendimiento en el día a día ser verá afectado de forma negativa. El niño tendrá problemas en clase a la hora de mantener la atención, concentrarse en las tareas o entender las lecciones, todo ello afectará a sus notas, pero además el niño con enuresis, consciente de su problema, se sentirá avergonzado por el mismo lo que puede afectar también a su autoestima y a su forma de relacionarse con los demás.


El tratamiento contra la enuresis debe iniciarse en cuánto es diagnosticada


Por todo ello es muy importante intervenir cuanto antes, ya que pese a todos estos aspectos negativos, hay uno positivo y es que la enuresis tiene solución. Esta será distinta en función de cual sea el origen del problema, quizá baste con introducir una serie de cambios de conducta, crear rutinas que ayuden al niño a controlarse. En otros casos puede que sea necesario recurrir a ayuda psicológica, una de las intervenciones que más recomienda en esta área es el método de alarma que consiste en colocar un dispositivo al niño que se dispara en cuanto nota humedad, el niño se levanta y va al baño, evitando mojar la cama. También se trabaja en el ejercicio de los músculos que intervienen en el control de la micción. Existen además tratamientos médicos, el más conocido es la desmopresina, que reduce la producción nocturna de la orina.

El cualquier caso debe ser un profesional el que diagnostique al niño y prescriba el tratamiento más adecuado en función de sus circunstancias. En todo este proceso los padres deberán armarse de paciencia y ante todo no culpabilizar ni castigar al niño para evitar agravar el problema.