La pintura dactilar o pintura con los dedos

Pintar es una de las actividades que más gusta y entretiene a los niños. Desde que son capaces de coger una pintura con las manos pueden empezar a plasmar sus impresiones sobre el papel y esto ocurre a partir del año. Según avance el desarrollo de su motricidad fina su habilidad mejorará y pintar les servirá para desarrollar su creatividad e imaginación, pero además para expresar sus sentimientos y emociones.

Pinturas, lápices o acuarelas son los elementos en los que solemos pensar cuando hablamos de niños y pintura, pero todavía existe otra opción que ofrece muchas posibilidades, hablamos de la pintura de dedos.

Se trata de un tipo de pintura especial que permite al niño pintar sin más intermediarios que sus propias manos, esto le permite una capacidad de acción y manipulación mucho más amplia. Los límites están en sus propios movimientos y a la acción de pintar, ya de por sí divertida, se une la experimentación con nuevos materiales, una forma de ampliar su mundo y ofrecerle alternativas.


Aunque la técnica de pintura con los dedos pueda parecer un poco sucia es muy beneficiosa para el niño


Muchos padres puede echarse atrás a la hora de planificar esta actividad al considerarla un engorro por el desastre que se puede organizar, pero lo cierto es que si se hace bien no tiene que ser problemático. Lo primero es comprar pinturas adecuadas, son pinturas que se van con agua y que no resulten tóxicas, lo siguiente es enseñar al niño una serie de normas de uso. Para ello es necesario que el niño sepa seguir una serie de instrucciones simples, a no ser que contemos con un gran espacio donde no nos importe que se manche o que vayamos a estar pendientes de él, es mejor no dejar estas pinturas a menores de tres años. Además también se corre el riesgo de que acaben metiéndoselas en la boca, aunque no sean tóxicas es mejor esperar a que tengan la edad adecuada. Si el niño es pequeño podemos guiarle para que pinte con su dedo en un folio, por ejemplo, pero para dejar rienda suelta a su imaginación mejor esperar hasta los tres años.

Lo mejor es acotar un espacio y especificarle que esa es la zona para pintar, es preferible que sea una superficie donde pueda sentirse cómodo dibujando, si la superficie está plastificada y cuenta con un papel grueso mejor podrá dibujar.


Pintar fomenta la coordinación y creatividad de nuestros hijos


Pero la ventaja de que estas pinturas se vayan con agua es que permiten muchas más aplicaciones, podemos dejarles por ejemplo una bandeja para que la decoren o incluso permitir que pinten la bañera, el agua de la ducha eliminará los restos.

Así, desde que son muy pequeños, siempre bajo nuestra supervisión, o cuando ya tienen más coordinación y autonomía, la pintura de dedos les va a permitir expresar toda su creatividad a la vez que trabajan la coordinación de movimientos, su sentido de la composición, la armonía en los colores y experimentan con nuevas texturas. Y si les gusta todo lo que tiene que ver con la creación y la manipulación de materiales podemos seguir potenciando esta línea con plastilinas moldeables o cerámica.