Vuelta a casa del niño después de la hospitalización

Si nuestro hijo ha pasado por alguna enfermedad que le ha hecho estar hospitalizado un tiempo estaremos deseando que se recupere para poder llevarlo a casa. En este momento solo se ve la parte positiva, el niño vuelve a su ambiente y la familia podrá de nuevo contar con él, pero hay que ser consciente de que la vuelta al hogar conlleva un proceso de adaptación por el que todos van a tener que pasar y ante el que hay que tener paciencia.

Durante su estancia en el hospital el niño ha recibido una serie de atenciones y cuidados, sus padres han estado permanentemente pendientes de él y se ha acostumbrado a ser el centro de atención.

Al llegar a casa va a querer que esta situación se mantenga, pero una vez en casa ha llegado el momento de ir poco a poco recuperando la normalidad, especialmente si hay más hermanos habrá que manejar la situación con cuidado.


El niño va a necesitar más a sus padres que antes


El niño va a exigir más atención y seguramente esté nervioso o llore si no puede tener a sus padres cerca, éstos deberán atenderle pero también deben hacerle comprender que ya está mejor y darle la confianza para que vuelva a sentirse seguro e independiente.

Unido a esto están los cambios de comportamiento, una hospitalización no es sencilla y además dependerá del tipo de enfermedad y sus secuelas, por eso puede que el niño pase de un carácter alegre a otro más decaído, también pueden haber cambiado sus pautas de sueño o alimentación. Los padres suelen preocuparse ante estos cambios en la forma de ser de su hijo pero deben saber que es algo normal y que poco a poco el niño irá recuperándose, aunque puede que haya aspectos que hayan cambiado para siempre.

En todo este proceso van a ser muy importantes las rutinas, para que todo vuelva a la normalidad cuanto antes es necesario que el niño se vuelva a incorporar a la vida familiar. En la medida de sus posibilidades debe volver a realizar las tareas que tuviera encomendadas antes de la enfermedad. Los niños además necesitan estas rutinas para saber que todo ha pasado y que de nuevo han recuperado su vida. Esto es bueno también para el resto de hermanos que recuperan también sus rutinas.


Los niños deben volver a la escuela y a sus rutinas diarias en cuanto puedan


En cuanto el niño pueda debe volver a la escuela, los padres serán los encargados de indicar en el centro las necesidades que tiene o si es necesario realizar alguna adaptación. El colegio será el paso definitivo para los niños tras un proceso de hospitalización, se vuelven a sentir parte de un grupo y esa sensación de ser diferente por estar enfermo desaparece de sus vidas.

Por último habrá que tener muy en cuenta la actitud de los padres, es habitual que tras una grave enfermedad, especialmente si esta deja secuelas o puede reproducirse, lo padres actúen de una forma excesivamente protectora. El niño por tanto no acaba de adaptarse a la vida cotidiana y se crea una dependencia y un sentimiento de ser débil o enfermo que le va a limitar mucho en su vida y en las relaciones con los demás. La misión de los padres va a ser conseguir que su hijo, pese a su enfermedad, consiga ser una persona fuerte e independiente.