Prevención y medidas de seguridad en la natación infantil

La actividad física es vital para el desarrollo integral del niño. Además de ayudarle a mantenerse en forma y fortalecer huesos y músculos, fomenta valores como el compañerismo o la auto superación. Dentro de las múltiples actividades que puede practicar estaría la natación.

Es uno de los deportes más completos y por tanto más recomendables para los niños.

Se trabajan todos los grupos de músculos con lo que el niño adquiere una complexión muy bien proporcionada. La respiración tiene un papel destacado, el menor aprenderá además a controlar su respiración. Y todo ello en un ambiente lúdico para los niños como es al agua.


El primer contacto del bebé con el agua


El contacto con el agua puede empezar desde los primeros meses de vida, el bebé disfruta en un contexto que le transmite sensaciones parecidas a las que experimentó en el vientre materno. A partir de los 3 años se pueden empezar a desarrollar actividades enfocadas a un aprendizaje más completo, de esta forma al llegar a los 6 o 7 años, el niño se desenvolverá como pez en el agua y podrá empezar a perfeccionar su estilo.

Pero para practicar este deporte de forma segura hay que tener en cuenta una serie de aspectos. Si el niño ha estado yendo a la piscina desde temprana edad contará con más habilidades y por tanto los riesgos serán menores, en el caso de que se inicie algo más mayor es imprescindible que sea bajo la supervisión de un adulto. Puede servir el padre o la madre si tienen los conocimientos necesarios, pero lo más adecuado es un monitor especializado en niños. Será el que oriente al niño en sus primeras aproximaciones al deporte y además cuenta con la preparación necesaria en caso de que haya alguna urgencia.


Medidas de seguridad en la natación infantil


No suele ser habitual, pero cuando se trata de natación hay que aplicar todas las medidas de seguridad necesarias para evitar ahogamientos. Según la experiencia y capacidad de los niños contarán con manguitos, chalecos y otro tipo de elementos para garantizar su seguridad. Es importante también el número de niños que haya en la piscina y sus edades. La proporción respecto al monitor debe ser la adecuada, si hay muchos niños chapoteando es fácil el despiste, y por supuesto deben estar separados por edades. Hay que asegurarse también de que la piscina y los vestuarios cumplen con la normativa.

Si se exigen y se está pendiente de que todos estos requisitos se cumplen en los centros donde se practica este deporte, más aún habrá que estarlo en la piscina de casa, en la playa o en cualquier otra instalación similar. No hay que perder al niño de vista, especialmente si no sabe nadar. También hay que evitar que jueguen a lanzarse de forma peligrosa o que se sumerja si no tiene un adecuado control de la respiración. Tampoco se les debe permitir el baño en aquellas instalaciones que no parezcan seguras y limpias.

Respetando estas sencillas medidas el niño podrá disfrutar sin peligros de todas las ventajas de un deporte completo y divertido.