Botiquín de primeros auxilios para una casa con bebés y niños

Cuando va a llegar un bebé a casa entre los muchos preparativos uno de los más importantes es el que tiene que ver con la salud del niño. Lo primero en lo que se suele pensar es en esa primera cura, la del cordón umbilical y a partir de ahí se empieza a llenar un botiquín que nos va a servir durante toda la infancia.

Claro está que ante cualquier herida grave o dolencia lo primero que hay que hacer es acudir al centro sanitario o llamar al médico, pero a lo largo de su vida nuestros hijos van a llegar con decenas de heridas que podremos tratar en casa o al menos administrar la primera cura.


Los botiquines de primeros auxilios no son para almacenar medicinas


Estos botiquines están pensados para estos primeros auxilios, es decir no se pueden convertir en el cajón desastre donde guardar los medicamentos que alguna vez han recetado al niño o las pastillas de toda la familia.

Otra cosa es incluir analgésicos, antitérmicos, suero fisiológico o aquellos jarabes, gotas o supositorios que sabemos que nuestro hijo necesita cada cierto tiempo.

Lo mejor es buscar un maletín metálico o similar para guardar estos productos básicos, venden botiquines ya preparados aunque siempre es mejor elaborar el nuestro en función de las necesidades que tengamos. La Cruz Roja establece una serie de recomendaciones acerca de lo que es necesario tener en el botiquín.

Para las curas debe contener gasas, esparadrapo hipoalergénico, tiritas en bandas, antisépticos como el alcohol o la clorhexidina, tijeras para cortar, pinzas por si hay que hacer alguna pequeña extracción, analgésicos y antitérmicos. También es bueno que incluya un termómetro bolsas térmicas, una linterna para examinar bien al niño, lociones y cremas para las picaduras de insectos o un limpiador aséptico para la piel. En el caso de que nuestro hijo presente alguna alergia concreta deberemos incluir los medicamentos también en este botiquín, así como todo lo que pueda ser necesario en caso de que sufra una crisis.


El mejor botiquín: el que lo rellenamos nosotras mismas


La ventaja de completar nuestro propio maletín es que podemos pensar en nuestras necesidades, en el citado caso de que sea alérgico también si presenta piel atópica o simplemente sea un gran amante del peligro y cada poco tiempo se presente lleno de rasguños y torceduras. Este botiquín debe estar en un lugar seguro, lejos del alcance de los niños y protegido de temperaturas que puedan afectar a su contenido. Podemos tener uno solo o preparar otro más sencillo para llevar en el coche, por ejemplo. Como elementos accesorios se puede incluir una pequeña guía de primeros auxilios para tener a mano en caso de duda, así como los teléfonos del médico, de emergencias o del vecino más cercano, hay momentos en que los nervios impiden pensar y no está demás tener cerca ese recordatorio.

En todo caso el botiquín es un elemento que nos va a dar seguridad y con el que podremos abordar pequeñas curas o dolencias, pero nunca va a poder sustituir la atención médica. Ante cualquier problema que se salga de lo habitual siempre hay que acudir al médico, no por tener un botiquín nos convertimos en expertos.