Candidiasis: infección en la boca de bebés y niños

Muchos niños sufren una infección por hongos en la boca, llamada candidiasis, que se hace patente con la aparición de lesiones en la mucosa. No es un problema grave, pero sí que debe controlarse en cuanto aparece, para evitar molestias posteriores.

Niños y mayores tenemos el hongo candida – responsable de la candidiasis – en la boca y en el tubo digestivo.

Si estamos sanos, lo normal es que esté bajo control y no se produzca ninguna infección, pero en cuanto el sistema inmunitario falla, puede llegar la infección. En el caso de los niños, es muy fácil que esto ocurra, porque su sistema inmunitario todavía no se ha desarrollado del todo.

También la administración de ciertos antibióticos puede hacer que bajen las defensas del niño y, por lo tanto, que aumente la cantidad de candida en el organismo.


Qué aspecto tiene la candidiasis


La principal característica de una candidiasis bucal es la aparición de lesiones de color blanquecino en las mucosas de la boca, la lengua y los labios. También es habitual que se agrieten las comisuras.

Estas pequeñas lesiones pueden hacer que el niño se sienta incómodo cuando se alimenta, pero no son graves. Eso sí, si duran más de dos semanas, es recomendable que se consulte con el médico. Igualmente, es necesario acudir a él si el pequeño contrae esta infección demasiado a menudo, ya que esta recurrencia puede indicar que padece otra enfermedad que afecta a sus defensas.


Factores que aumentan la posibilidad de tener candidiasis


Esencialmente, cualquier problema de salud o tratamiento que pueda provocar una bajada de defensas en un niño, le otorgará más posibilidades de padecer una candidiasis. Con ello, nos referimos tanto a situaciones más o menos habituales, como la ingesta de antibióticos, a otras más importantes como padecer diabetes, recibir quimioterapia o haber sido trasplantado y tomar, por lo tanto, medicamentos inmunosupresores.


Qué hacer ante un candidiasis


La candidiasis debe hacer su proceso de desarrollo y desaparecer por sí sola, por lo que en principio no hay un tratamiento médico posible. De todos modos, en algunos casos el pediatra puede optar por aplicar una solución contra los hongos, o incluso por sugerir que el niño coma yogur con lactobacillus, ya que ésta es una de las bacterias que ayuda a hacer desaparecer el hongo de la candida.

Asimismo, se pueden tomar algunas precauciones, que ayuden a que el pequeño no se vuelva a infectar, como lavar bien los chupetes y tetinas, y controlar el estado de los pezones, si el niño aun mama.

Cuando una madre que da el pecho habitualmente a su hijo nota que sus pezones están doloridos y enrojecidos, debe plantearse la posibilidad de haber contraído una infección por hongos que, además, puede contagiar a su bebé. Es importante que confirme sus sospechas con el médico quien, si el diagnóstico es afirmativo, prescribirá un tratamiento antifúngico tanto para curar los pezones de la madre, como para el pequeño.