Gastroenteritis infantil en niños y bebés

Es una de las dolencias más comunes entre bebés y niños pequeños. La gastroenteritis se produce por la inflamación de la mucosa del estómago (gastritis) junto con la de los intestinos (enteritis). Es por tanto una infección menor del tracto digestivo que se produce por un virus que se introducen en el estómago causando diarreas y vómitos.

Esta infección vírica se contagia de unas personas a otras, aunque también puede tener otros orígenes, como el consumo de bebidas o alimentos contaminados por microbios.

En el caso de los niños menores de 4 años el rotavirus es la causa más frecuente de gastroenteritis grave. La infección es más aguda que la causada por otro tipo de virus, los afectados tienen síntomas más graves y deshidratación debido a que los vómitos y diarreas son más frecuentes y prolongados, lo que dificulta la rehidratación.


Periodo de incubación y síntomas de la gastroenteritis


Una vez contagiado del virus este se incuba durante dos o tres días. Hace su aparición de forma brusca, normalmente con cuadros febriles y vómitos, las deposiciones son líquidas y pueden llegara ser entre 5 y 10 al día.

Es difícil prevenir el contagio por rotavirus, está muy concentrado en las heces y se transmite por vía fecal-oral. Las manos y objetos contaminados acaban transmitiendo el virus de unos niños a otros. La vacunación se ha comprobado como el único método fiable para prevenir el contagio, previene entre el 85 y el 100 por cien de los casos graves.

Una vez se presenta la gastroenteritis no existe un tratamiento eficaz, la hidratación es lo más importante así como los antipiréticos para tratar la fiebre. En los casos de deshidratación más grave el niño necesita ser hospitalizado para hidratarse por vía parenteral.

Pero no todos los casos de gastroenteritis son tan agudos como el que causa el rotavirus. Los síntomas son los mismos pero más leves, fiebre, dolor de estómago, heces líquidas y vómitos. De nuevo la hidratación es lo más indicado, compuestos a base de agua y sales minerales impedirán la excesiva pérdida de líquidos. Es necesario a su vez que el niño descanse y extremar las condiciones higiene. Como enfermedad infecciosa es sumamente contagiosa, por lo que se puede transmitir a los padres o hermanos, por eso también se aconseja mantener al niño en casa hasta que esté recuperado.


Sobre todo hay que tener cuidado con la alimentación y la hidratación


Durante una gastroenteritis habrá que tener especial cuidado con la alimentación, lo normal que es que haya una pérdida de apetito, lo que no debe faltar es el agua. Se puede optar por una dieta blanda, caldos, pollo y arroz blanco, por ejemplo. Hay pediatras que ante estos procesos recomiendan que una vez pasen los vómitos, se siga una dieta normal, sin restringir los alimentos, aunque evitando carnes y dulces. Los niños de pecho deben seguir con la lactancia materna.

En cuanto a su duración las primeras 24-48 horas son las más difíciles y molestas para el niño, una vez pasado lo peor y con el necesario descanso e hidratación, los síntomas empezarán a remitir. Al cabo de una semana el problema suele desaparecer, si persiste habría que acudir de nuevo al pediatra.