Cómo dar masajes al bebé o al niño

El masaje es una de las actividades más agradables y saludables que se puede practicar a cualquier persona. El masaje relaja, elimina estrés y tensiones pero además, el hecho de masajear el cuerpo es bueno para activar la circulación sanguínea y fortalecer músculos y tejidos. Más allá de estas razones lo que realmente da valor a los masajes si hablamos de bebés y niños es el contacto físico con sus padres, esto le aporta una dimensión emocional ya que no solo se trata de beneficiar físicamente al niño, sino de fortalecer el vínculo con sus padres.

El masaje va a depender mucho de la edad del niño y de lo que pretendamos conseguir con él.

No va a ser lo mismo dar un masaje a un recién nacido que a un niño de cinco años con dolor de cabeza. En el caso de que pretendamos tratar alguna dolencia más concreta, como un dolor de espalda, será mejor llevar a cabo antes algún tipo de preparación, para evitar males mayores.


Masajes en bebés recién nacidos


En general si es un recién nacido podemos darle relajantes masajes en casa siguiendo una serie de sencillas indicaciones, también podemos acudir a las clases maternales donde nos enseñarán la mejor manera de tratar al bebé. Lo primero es colocarnos de forma que estemos mirando a los ojos al bebé, debemos estar cómodos y relajados, para ello es bueno escoger un momento en que no tengamos prisa y en el que el bebé también se sienta a gusto, si tiene hambre o sueño puede que no sea el mejor momento. Uno de los más adecuados es tras el baño, el bebé ya está relajado y afrontará bien este ritual.

Debemos utilizar crema o aceite con tal de que el masaje sea suave, el clima debe ser agradable y debemos procurar que nuestras manos no estén frías. En general se da el masaje de dentro hacia fuera con una presión firme y constante, moderándola según las zonas, y a un ritmo lento. Se puede empezar por el pecho para ir pasando después a los brazos y las manos masajeando con cuidado cada dedito, bajaremos al estómago, en este punto si aplicamos un masaje circular en el sentido de las agujas del reloj aliviaremos también los cólicos. Por último masajearemos las piernas de arriba abajo. Si el bebé es más mayor podemos darle la vuelta y darle un masaje también en la espada, lo agradecerá mucho, y si al bebé no le molesta podemos darle un leve masaje también en la cara.


Masajes para niños


Según vaya creciendo podemos ampliar estas técnicas centrándonos en aquello que veamos que le gusta más, por ejemplo los pies, la espalda, los brazos o la cabeza. La única regla es hacerlo con ternura, pensemos que no se trata de un masaje terapéutico solo buscamos que el niño se relaje y tener un momento de contacto físico con él. Con este tipo de masajes se logra fortalecer lazos entre padres e hijos, además se calma al niño y se estimula su sistema nervioso central.