Lactancia materna: la posición del bebé

A la hora de colocar al bebé para darle de mamar, una madre puede optar por diversas posiciones, dependiendo de su entorno y de su propia postura. De hecho, podemos decir que no existen unas normas prefijadas que todas las mujeres deban seguir, el único principio a tener en cuenta es que la madre que da el pecho, no debe sentir dolor en ningún momento.

La comodidad debe ser el principio básico de toda mujer que se disponga a dar de mamar.

Un asiento cómodo para la espalda, cojines para apoyarse y un puff para los pies son elementos ineludibles para que el proceso se desarrolle lo mejor posible para la madre.

A la hora de colocarse con su bebé en brazos, la madre tan solo tiene que seguir una norma: no inclinarse nunca sobre el bebé. Por lo demás, puede combinar su postura, y la de su hijo como mejor le parezca.


Cómo colocar al bebé para mamar


Independientemente de que la madre decida colocarse sentada o estirada a la hora de dar a mamar, lo que si debe tener en cuenta es que su hijo succione la leche de manera correcta. Para ello, la lengua debe situarse por debajo del pezón, y la nariz y la barbilla del pequeño deben tocar al pecho. No hay que preocuparse porque se ahogue, ya que un bebé está perfectamente preparado para succionar estando en esta posición.

De hecho, los expertos afirman que la mejor postura del bebé para mamar es aquella que le permite un agarre espontáneo, independientemente de cómo esté situada la madre.


Posturas menos habituales


La mayoría de madres optan por dar de mamar a sus bebés colocándose básicamente estiradas, pese a pequeñas variaciones de postura. Pero, de todas maneras, hay que tener en cuenta que existen otras posiciones que también resultan muy válidas a la hora de amamantar.

La posición conocida como ‘de rugby’ implica que la madre, semi-estirada, coloque a su bebé por debajo del brazo, lo que ayuda a evitar que sufra posibles problemas de mastitis.

En muchas ocasiones, también se colocan la madre y el bebé estirados en paralelo, con lo que se consigue que ambos se relajen, lo que es ideal por la noche, para conseguir que el niño no se despeje demasiado.

De hecho, lo importante no es elegir una de estas posturas concretas, sino que madre e hijo deben saber adaptarse a sus características físicas para conseguir la máxima comodidad, porque en el fondo el hecho de mamar no tiene que ser nada más que un placer en el que la madre no sienta dolor y el niño se alimente lo mejor posible.


Cómo saber si un niño está bien colocado


Muchas madres primerizas dudan de si su hijo está bien colocado a la hora de darle el pecho. Elijan la posición que elijan, solo tienen que fijarse en tres signos básicos: que la cara del niño esté orientada hacia el pecho, y que el niño esté alienado correctamente.

Si, además, el niño está bien agarrado su boca estará bien abierta, y su boca estará por debajo de la aureola.