¿Tu hijo no quiere decir adiós al chupete?

La influencia del chupete es tal en algunos niños que, incluso, hay padres que intentan no usarlo con su bebé. Pero, la verdad es que resulta imposible no darle uno a nuestro hijo cuando llora sin parar porque, por ejemplo, tiene cólicos de lactante.

Para los niños, el chupete se convierte en una manera de relajarse, cuando están enfermos, agobiados, o cansados.

Al reducírsele el estrés cuando chupa, el bebé se acostumbra a él como un objeto de consuelo, y cada vez le cuesta más dejarlo.


Las claves para que un niño deje el chupete


Los pediatras recomiendan que el niño use el chupete con limitaciones, para evitarle problemas de dentición, y de desarrollo del lenguaje. Por eso, hay que plantearse retirárselo a tiempo, aunque este momento depende de cada niño.

Quitarle el chupete es un proceso que lleva casi un año, por lo que es una buena opción empezarlo a los seis meses, para que de esta manera ya ni lo recuerde cuando empieza a caminar, sobre más o menos el año y medio.

Para conseguir que el niño se acostumbre a ir dejando el chupete es necesario que no se le de cada vez que lo pide, y que lo use solo para dormirse. Además, es muy importante no castigarle porque no nos hace caso y, en cambio, incentivarle para que lo deje a cambio de, por ejemplo, un peluche.

Si queremos que nuestro hijo deje el chupete sin que lo sienta como una verdadera tragedia para su día a día, es importante que los mismos padres empecemos por no obsesionarnos con ello. Muchos niños reaccionan haciendo justo el contrario de lo que ven que preocupa tanto a sus padres.

Tampoco debemos plantearnos una retirada drástica, ya que provocará más ansiedad al niño, y ésta viene asociada directamente a su necesidad de succionar el chupete. Tampoco es bueno recurrir a esos consejos de nuestras abuelas sobre hacerle aborrecer el chupete con, por ejemplo, sustancias amargas. Solo conseguiremos alterar más al niño con estos cambios tan rápidos.


¿Es preocupante que no quiera dejar el chupete?


La mejor opción para que nuestro hijo diga adiós al chupete es ‘negociar’ con él la manera en que lo dejará, cuando podrá usarlo y cuando no. Incluso podemos llegar a pactar con él un regalo que le haga ilusión a cambio de que deje el chupete.

Naturalmente, es interesante que todo este proceso se lleva a cabo con calma, y teniendo en cuenta que los niños no son adultos y, por lo tanto, no razonan como nosotros. No podemos esperar que nuestro hijo nos entienda, sino que nosotros debemos hacer un esfuerzo por entenderle. Y, por supuesto, siempre es necesario que le premiemos con cariños y mimos cada vez que consiga hacer un paso adelante en su lucha por dejar el chupete.

En principio, no es raro que el niño no quiera renunciar al chupete que tantas satisfacciones le proporciona. Los padres solo debemos preocuparnos cuando el niño tiene una dependencia exagerada de su chupete, lo que puede demostrar que tiene alguna carencia afectiva que está marcando su vida.