Cómo enseñar sencillas normas sociales

Buenos días, ¿me permite pasar?, perdón, gracias. Son muchas las fórmulas y las formas de comportarse en función de la situación social de que se trate. Los adultos muchas veces olvidamos que pedir las cosas por favor, no señalar, respetar el turno o no reírnos en determinadas ocasiones, son comportamientos que aprendimos de pequeños y que ahora están totalmente interiorizados, de la misma forma será nuestra misión hacérselo saber a nuestros hijos.

Enseñar estas normas es fácil ya que la mayoría de veces solo habrá que dar ejemplo.

Saludar siempre que se llega a un sitio, pedir las cosas por favor cuando hacemos la compra, decir gracias… todo ello son conductas que hacemos a menudo, si salimos a la calle con nuestro hijo y nos comportamos de manera amable y educada ellos asimilarán que así es como se hace y repetirán el comportamiento. De todas formas no está de más reforzar estas conductas sociales en casa. A la hora de jugar debemos insistir en el por favor y gracias, de una forma natural acabará repitiéndolo sin que nos demos cuenta.


Ejercicios comparativos como método de aprendizaje


Para que entienda la importancia de las formas podemos hacer ejercicios comparativos. Pedirle un juguete con malos modos y exigencias y luego de forma amable, si le preguntamos cuál le ha gustado más no habrá duda con la respuesta. Si ya tiene una edad en la que lo puede comprender otra forma de reforzar es sencillamente explicándole porqué hay que decir gracias y por favor. Es positivo hablarle del respeto hacia los demás y de la necesidad de comportarnos con amabilidad para lograr una buena convivencia.

Habrá otro tipo de normas de conducta que habrá que corregir ya que no se trata de que imiten lo que hacemos, si no de que no lleven a cabo un determinado comportamiento. Por ejemplo señalar cuando algo les llama la atención o reírse ante la caída de una persona en la calle u otro tipo de circunstancia similar. Ellos no saben que eso no se hace y debemos explicárselo. Será la hora de hablar de lo que está bien y lo que está mal, no es sencillo que entiendan que no está bien reírse de un mal ajeno, ellos simplemente reaccionan ante algo que les parece gracioso, para que lo comprendan debemos intentar que se pongan en el lugar de la otra persona, que imaginen lo que sentirían si les pasara a ellos.


La mejor forma de educarles es con el ejemplo


Si queremos que nuestros hijos sepan comportarse el único secreto es darles ejemplo y enseñarles como hacerlo. En este proceso habrá que tener muy en cuenta su forma de ser, si tenemos un hijo tímido no habrá que forzarlo más allá de lo que permita ya que al final sería contraproducente y podría llegar a volverse más retraído. También hay que tener en cuenta que los niños pasan por etapas en la que experimentan más o menos vergüenza y se deben respetar, no por conseguir que salude hay que crear una situación más violenta.

En general, desarrollar la empatía en nuestros hijos será la mejor forma de que entiendan las emociones ajenas. Si se ponen en el lugar del otro es más sencillo que comprendan porqué hay que seguir unas normas sociales.