Errores y consejos para enseñar buenos hábitos en la mesa

Lo primero que el niño tiene que tener claro es que la hora de la comida es para comer, no es un momento de juegos, ni de ver la tele, es el momento de alimentarse para crecer sanos y fuertes y también es la hora de reunirnos en familia y comentar el día.

Enseñar al niño a comportarse correctamente en la mesa es más fácil de lo que parece.

Lo primero y básico es que los padres mantengan a su vez un comportamiento ejemplar. Si a la hora de comer cada uno va por su lado, uno se sienta en la mesa, otro en el sofá viendo la tele y otro se queda en la cocina, este comportamiento caótico es lo que va a imitar el niño ya que sus padres son su modelo de referencia. Por tanto lo primero será establecer un orden y una rutina a la hora de comer, mismos horarios y costumbres.


Es natural que el niño quiera comer solo


Una vez en la mesa el niño buscará de forma natural reforzar su autonomía comiendo solo, especialmente cuando son más pequeños, este es el comportamiento que hay que motivar. Hay que animarle, ayudándole cuando sea preciso, y hacerle sentir ‘mayor’ ya que eso es lo que les gusta a los niños. Si a las primeras de cambio cogemos la cuchara y le damos la comida al final el niño se acostumbrará a esto y acabará no queriendo comer solo.

La misión de los padres será enseñar a los hijos con paciencia a comer, a utilizar el tenedor, a beber del vaso, a coger las cucharadas, a utilizar la servilleta… y todo ello con buen ánimo y reforzando cada logro. Este refuerzo no consiste en decirle ‘si te lo comes todo le daré una chuche’, bastará un aplauso o palabras de ánimo, ya que el objetivo es que el niño aprenda a comer simplemente porque es un acto necesario y en si mismo placentero, y no buscando una recompensa posterior.


Hay que evitar distracciones como la televisión o juguetes comiendo


Precisamente para que el niño se centre en la comida hay que evitar distracciones como la tele o la presencia de juguetes en la mesa. Este es un recurso que emplean los padres de forma habitual, así entretienen a los niños mientras le van metiendo cucharadas en la boca, pero este no es el objetivo, así el niño no va a aprender a disfrutar de la comida. Los padres deben acompañar a su hijo en la mesa hacerles ver el valor de los alimentos y lo buenos que están e incentivarles a comer solos. Es el momento de hablar, comentar hechos del día y asociar así la comida como un momento de reunión distendido y relajado.

En todo este proceso los padres deben ser coherentes, no tiene sentido prohibirle la presencia de juguetes mientras el padre o la madre no se separan de su teléfono móvil o están pendientes de la tele. Los buenos hábitos en la mesa deben empezar por los padres, responsables de transmitir estas enseñanzas a sus hijos.