Un niño de unos dos años y su madre están de paseo, el niño le pide un caramelo y la madre se lo niega, insiste, nueva negativa, comienzan los lloros, la madre pide silencio, de los lloros se pasa a los gritos, se le ignora, comienzan los pataleos, la gente empieza a mirar, el niño está descontrolado, llora, grita, salta de rabia.
Aquí tenemos un ejemplo de una de las muchas rabietas por las que atraviesan los niños a estas edades. La pregunta es ¿qué hace la madre ante esa situación? o mejor ¿Cómo se ha llegado hasta ese punto?
No se puede decir que todas las rabietas de los niños se puedan evitar, pero si es cierto que muchas de ellas están provocadas porque el niño está acostumbrado a que le den todo lo que pide, cuando esto no es así no entiende porqué y reacciona con rabietas incontrolables.