Hay ocasiones en que los pequeños no pueden salir a la calle a jugar, ya sea porque haga mal tiempo, porque se encuentren enfermos o por otras razones diferentes. Pero, sea cual sea el motivo, en la mayoría de los casos se aburren e incluso se enfadan porque quieren salir a jugar a la calle. Por ello, en estas situaciones, los padres harán entender a sus hijos que, en casa, también se puede jugar y que, sin duda, pueden pasar grandes momentos de diversión con sus padres y hermanos.
Además, los juegos de interior no tienen porqué ser siempre de carácter educativo, aunque existe cierta tendencia a pensar eso, ya que hay numerosas opciones lúdicas que harán que el pequeño se divierta sin más, relajándose y disfrutando de la compañía de su familia.