Jugar con los bebés menores de un año

No es lo mismo interactuar con un niño de dos años que con otro de seis meses. En el primer caso las posibilidades son inmensas, los niños son ya bastante autónomos, pueden expresar lo que quieren y es muy divertido ver como desarrollan sus primeros juegos. Pero si hablamos de un bebé esta interacción es menor, un bebé de meses tiene a priori una respuesta más pasiva y muchos adultos no disfrutan tanto jugando con ellos ya que ‘no hace casi nada’.

Pese a que el tipo de relación que se establezca no sea la misma que con un niño mayor, jugar con un bebé puede ser una experiencia muy enriquecedora para ambos, además de necesaria.

No vamos a jugar a pillar o al escondite pero existen variedad de juegos que se pueden llevar a cabo y que van a ser muy importantes para el desarrollo cognitivo y emocional del niño.


Jugar es una de las mejores formas de estimular al bebé


Todo lo que sea estimulante para el bebé le servirá para ampliar un poco más su mundo y para un bebé es estimulante simplemente una cara que le haga muecas y ruiditos. Este es uno de los juegos que más gusta a los bebés y ante los que va a reaccionar de forma más visible. Desde que nacen las caras de sus seres queridos les llaman mucho la atención, intentarán imitar aquello que ven por lo que puede ser muy divertido hacerles muecas y ver como reaccionan. Durante este juego podemos aprovechar también para ir diciéndoles las partes de la cara, por ejemplo.

Podemos utilizar también juguetes como sonajeros o peluches, intentar que los cojan, mostrarles su funcionamiento… A los bebés les llaman mucho la atención los colores vivos y los sonidos musicales, hay multitud de juguetes que cumplen estas funciones, según su edad podemos utilizarlos. Eso sí, será importante jugar con ellos, no servirá dejarles el juguete y que se apañen solos, esos momentos de juego serán mucho más valiosos si los compartimos juntos.


Tipos de juegos para jugar con bebés


Contarles cuentos y cantarles canciones es otra de las actividades preferidas, podemos escenificar las historias, poner voces, hacer pequeños bailes… El niño se divertirá mucho e irá aprendiendo sin que nos demos cuenta. Los bebés a los que se les habla mucho y con los que se interactúa son más despiertos y suelen aprenden antes a expresarse

Según vayan creciendo y aumentando su movilidad podemos ampliar los juegos. El bebé puede venir hacia nosotros, podemos utilizar una manta de actividades o incluso hacer simples ejercicios de gimnasia. El límite lo pondrá la capacidad del niño y la imaginación de los padres.

Así, en principio puede parecer que es poco lo que se puede hacer, pero solo tenemos que probar a ponernos delante del bebé. Seguramente en poco tiempo y solo con observarlo se nos ocurrirán mil y una ideas para jugar con él, aunque solo sea escondernos detrás de las manos y sorprenderle con un cucú, su risa será el incentivo para que los juegos surjan solos.