Imaginemos una partida de ajedrez, seguramente muchos de nosotros pensemos en dos señores circunspectos de mediana edad y concentrados en el juego. Es la imagen que se ha creado en el imaginario social debido a que este juego se presenta complicado, con multitud de normas y un alto nivel de concentración, todos ellos motivos para que no pensemos a priori en dos niños de seis años sentados ante el tablero.
Pero lo cierto es que el ajedrez es un juego muy recomendable para los niños, hay que tener muy en cuenta su edad, ya que por mucho que nos empeñemos va a ser difícil que un niño de tres años entienda el movimiento de cada pieza y la dinámica que sigue cada una.
Si los padres son ajedrecistas consumados, seguramente ese niño acabará conociendo y comprendiendo antes que otros como se juega, aunque siempre habrá que tener en cuenta su nivel de comprensión.