Por qué es importante que los padres jueguen con los niños

Es muy importante para el sano desarrollo de los hijos que los padres comprendan y aprendan a jugar con los niños, para establecer un vínculo más fuerte.

Los primeros 10 años de vida de una persona son durante los cuales aprendemos todas las herramientas que nos serán sumamente útiles por el resto de nuestras vidas.

Desde el aprendizaje escolar, las habilidades sociales para interactuar con sus pares y con el entorno que los rodea, los niños son como una “esponja” cuando se trata de adquirir e internalizar nuevas experiencias, y darles significado. Por ésta razón, es que la mayoría de los pediatras recomiendan que los padres aprendan a jugar con los niños, y las razones son varias.

Antes que nada, es importante que el niño establezca un vínculo fuerte con sus padres, puesto que cuánto más sólido sea éste, más fácil será para el pequeño aprender a adaptarse a las normas sociales, a su entorno y a desarrollar su creatividad e individualidad como persona en el futuro. Cuando los padres hacen que el jugar con los niños sea una tarea diaria o de alta frecuencia, no sólo comparten tiempo de calidad con ellos, sino que los están ayudando a desarrollarse como individuos y a conocerse a sí mismos.


La interacción social como juego


Otro gran beneficio que conlleva el jugar con los niños, es que por medio del juego los padres pueden comenzar a enseñarles a interactuar con otras personas. El aprendizaje lúdico es una de las mejores maneras para que los hijos comprendan de a poco las reglas sociales, y la importancia de las mismas. Durante el juego, los niños prestan atención (incluso cuando parece que no lo están haciendo) a todos los detalles y, luego de un cierto tiempo, son capaces de reconocer un patrón que define el bien, del mal. Y algunos otros de los beneficios que proporciona el juego de los padres con los niños son la agudización y desarrollo de los sentidos, de las capacidades cognitivas y de concentración, e incluso del movimiento de sus extremidades.

Ahora bien, es muy común que los padres, sobre todo los primerizos, expresen que no saben cómo jugar con los niños. Pero ésta no es una razón por la cual deban sentirse angustiados o “incapaces”; no sólo son los hijos quienes aprenden a jugar, sino también los padres. Por esto, es necesario que los adultos tengan paciencia consigo mismos, y simplemente disfruten del tiempo con sus pequeños.


Lo más importante: el contacto y el vínculo


Y por sobre todas las ventajas que jugar con los niños les proporciona, los pediatras y psicopedagogos hacen notar la principal: el recibir atención, paciencia y alegría gracias a los padres. Por estas razones, se recomienda que los padres jueguen durante al menos 30 minutos diarios con sus hijos o, en caso de que no todos los días puedan dedicar el tiempo necesario, se aseguren de que otros familiares, como los abuelos o los tíos, lo hagan. Quizás así, no sólo sea el niño quién se ve beneficiado por la interacción lúdica, sino también los padres aprendan a ser niños otra vez, al menos por unos minutos al día.