Educar para el orden

A la hora de educar a los pequeños no debemos olvidar hacerles entender la importancia del orden. Será fundamental para su desarrollo personal y por ello, desde pequeños, los padres deberán trabajar en esta parcela del proceso educativo.

De este modo, al principio, cuando son más pequeños, se les irá inculcando la importancia del orden en el horario de las comidas, de las horas de sueño, de aseo personal, así como el tiempo de juego.

Además, los pequeños tendrán que entender que, para la convivencia familiar, es importante que exista una organización en la casa.


Hay niños que de manera innata son más ordenados que otros, pero se puede enseñar a ser ordenado


Lo cierto es que hay niños que, por naturaleza, son ordenados mientras que, otros no. Por ello, habrá que fomentar unas pautas de orden, para que, conforme el pequeño vaya creciendo, aplique esas pautas en su trabajo, en su vida personal, en sus relaciones con los demás…

De este modo, los padres será un ejemplo para los pequeños y será muy importante que los niños vean que en el hogar existen una serie de normas muy útiles que sirven para que todo esté organizado. Cuando son más pequeños, el orden será repetir e imitar lo que sus progenitores, sus profesores, sus familiares… hacen y por ello, prestando atención a esos hábitos de conducta, se convertirán en niños organizados y centrados.

Se empezará por enseñarle a guardar los juguetes después de jugar, ordenar su habitación y colocar la ropa donde corresponde, lavarse las manos antes de comer y los dientes después, ordenar la noche antes la mochila para ir al colegio… Asimismo, conforme vayan siendo más mayores, también tendrán que ser ordenados en cuanto a sus estudios. Organizarán sus deberes, dividiéndolos por materias, dedicándole un tiempo proporcional a cada una, sin olvidar nada…

De este modo, se observa que, si los niños viven en un entorno ordenado y desde pequeños llevan a cabo una serie de tareas, acaban siendo responsables y aprendiendo la importancia de seguir unos hábitos… Además, esto les será muy útil en toda su vida, ya que, tanto durante la etapa escolar, como universitaria, y luego en la vida laboral, deberán seguir unas pautas de orden para hacer un buen trabajo, sin que nada se les olvide ni se les escape ningún detalle.


El papel y el ejemplo de los padres


Pero, por ello, y como se comentó antes, los padres tienen que tener un papel protagonista en educarles en el orden. Está comprobado y así lo demuestran ciertos estudios que el pequeño que vive en un hogar en el que reina el descontrol, en el que no existen horarios ni tareas asignadas, en el que no hay normas… esto puede provocar consecuencias tales como malos resultados escolares, niños desobedientes y que no consiguen concentrarse y que, por ello, no hacen los deberes ni estudian… Y es que, si en su entorno nadie sigue normas ni hay unas pautas establecidas, no solo será desordenado, sino que, le costará sentarse a estudiar porque no sabe cómo organizarse ni planificar su estudio.

Del mismo modo, los padres tendrán que valorar y reconocer su esfuerzo cuando los pequeños sean ordenados, ya que, será una forma de motivarlos a comportándose de ese modo.