Quejas y disgustos de los niños con los menús escolares

Es bastante común que un niño se resista a comer en el comedor escolar. Algunas de las quejas que más se escuchan se relacionan con la repetición de las comidas o el escaso sabor de los alimentos.

Al margen de las costumbres y percepción de cada niño, se han corroborado carencias en multitud de comedores escolares tales como la ausencia de alimentos imprescindibles en la dieta (verdura, pescado o legumbres).

También se detectan errores como: no incluir fruta fresca dos veces por semana como mínimo, postres dulces más de dos veces a la semana y frituras más de dos veces a la semana.


Los menús escolares deben ser equilibrados y deben ser diseñados por un nutricionista


La nueva ley obliga a todos los comedores escolares a la elaboración de los menús a través de un nutricionista. Además, independientemente de si se trata de elaboración del propio colegio o empresa de catering, es necesario que pasen por rigurosos controles de calidad.

Debido a la población a la que van dirigidos, los menús escolares deben realizarse de forma creativa, para poder introducir sin resistencias por parte de los niños, cualquier tipo de alimento.

Especialmente en edad infantil, es necesario llevar una dieta nutritiva y equilibrada. La malnutrición puede tener consecuencias a corto y largo plazo para los niños.


¿Qué requisitos debe cumplir el comedor escolar de mi hijo?


En primer lugar, como se menciona anteriormente, la elaboración de los menús ha de hacerla un nutricionista.

Los padres han de disponer de los menús escolares para poder complementar la dieta en casa.

El menú ideal debería cubrir el 30% de las necesidades energéticas de los niños, incluir frutas y verdura así como proteínas de origen animal a diario.

La grasa incluida en la dieta infantil ha de ser saludable, evitar el azúcar, los fritos y el exceso de sal.

Es muy importante la introducción de verduras cocidas y frescas en todos los platos del menú, una de las quejas de los niños se relaciona con ellas y es que en muchos comedores se presentan de forma poco atractiva para los niños. Existen multitud de formas de introducirlas en la alimentación infantil de forma amena y divertida.

Las legumbres contienen proteínas, hidratos y minerales, pueden incluirse en los platos de forma variada.

La fruta debe incluirse como postre, pudiendo acompañarse de un lácteo pero no sustituirla por zumos envasados.


¿Cómo podemos intervenir los padres en este tema?


Lo más importante es identificar si realmente el comedor de nuestro hijo cumple o no con la normativa vigente. Para ello, debemos solicitar los menús de forma mensual o semanal para poder verificar la correcta elaboración equilibrada así como compensar en casa la alimentación. También podemos corroborarlo preguntando a los niños diariamente sobre lo que han comido.

Además es importante educar al niño en una ingesta sana y nutritiva para evitar problemas de desarrollo físico mental en la adolescencia. Evitar el consumo de chucherías y bollería industrial en la medida de lo posible.

En caso de advertir carencias nutricionales en los menús, falta de higiene o cualquier otra situación, se recomienda denunciarlo ante el organismo competente para evitar males mayores y consecuencias irreversibles en los niños.