Un problema con el que se encuentran muchos papás es la fácil distracción que muestran sus hijos a la hora de estudiar. Teniendo en cuenta que los niños están “diseñados” para jugar, y deben hacerlo para su correcto desarrollo, es totalmente normal que pierdan la concentración ante estímulos que evoquen su impulsividad y ganas de diversión.
Los padres, no debemos mostrarnos intolerantes ante el deseo de juego de nuestros hijos, sino comprenderlo y aprender a acompañarlos en el adiestramiento de otras actitudes como el sacrificio ante el estudio o la tolerancia a la frustración.
Para ello, existen algunas pautas o recomendaciones de las que podemos ayudarnos.
Consejos para facilitar el estudio de los niños
Organización
Es imprescindible que mostremos cierta estructura y orden en la zona de estudio del niño, para ello se recomienda delimitar esta área de trabajo de forma que quede separada de la zona de juego. Además se recomienda que “cada cosa esté en su lugar”, mediante cajones, estanterías…etc. Este acto fomentará la concentración y evitará distracciones.
Mesa de estudio
Una de las recomendaciones con respecto a la mesa de estudio se relaciona con su correcta distribución dentro de la habitación. Los expertos han recomendado que nunca se sitúe de forma que quede una pared justo enfrente del niño, ya que esta situación, favorece la sensación de vulnerabilidad al estar de espaldas y facilita la distracción ante cualquier ruido. Para evitar que el niño sienta la necesidad de darse la vuelta frecuentemente, perdiendo así la concentración, se recomienda que la mesa quede colocada frontalmente a la puerta de entrada a la habitación, de forma que se pueda controlar lo que sucede sin problema.
En algunos casos, cuando existe falta de espacio o el mobiliario no lo permite, los padres no encuentran otra opción que situar la mesa de estudio frente a una pared, en estos casos, se recomienda escoger un cuadro que de perspectiva la visión.
Algo que es importante evitar, es la colocación de la mesa de estudio frente a una ventana, ya que con ello estaremos favoreciendo que el niño disponga de multitud de estímulos cambiantes ante los que distraerse.