La difícil adaptación de los niños a la escuela

El comienzo de los pequeños en la escuela siempre suele ser un poco complicado, ya que, tanto padres como hijos están nerviosos ese día y los que le siguen. Por una parte, los niños, acostumbrados al entorno familiar, al llegar a un lugar en el que no conocen a nadie, pueden sentir tristeza o al menos confusión.

En cuanto a los padres, también tendrán muchas dudas sobre si su pequeño estará bien, si se adaptará fácilmente o no… preguntas que con el tiempo irán siendo contestadas.

Así, cuando el bebé entra en la guardería, a menudo los padres se sienten culpables de dejarlos tan pequeños, tienen temor a que no estén contentos allí… aunque por otro lado, piensan que el contacto con otros niños les ayudará a aprender a relacionarse con los demás y a madurar. Aunque la duda sobre si les costará adaptarse siempre está presente.


Cuanto más pequeño sea el niño más le costará adaptarse


Y es que, el mundo que el bebé tenía a su alrededor desde su nacimiento va a cambiar, se va a encontrar en un nuevo entorno con otras personas, otro ambiente, otros objetos y juguetes… y puede llegar a sentirse inseguro, a lo que se une el hecho de que allí no están sus padres, por lo que puede sentirse asustado de no tener a nadie de su familia, a los que han sido hasta el momento sus puntos de referencia.

Aun así, existen recomendaciones para conseguir que dicha adaptación sea más sencilla y para que el pequeño consiga lo antes posible ir a la guardería sin sentirse triste. Así, con el fin de que no se produzca este cambio tan brusco, será positivo que los papás lleven a su hijo al centro unos días antes para que tenga ese primer contacto con el nuevo entorno y también puede ser muy positivo que sus padres le expliquen que allí jugará con muchos otros niños, que aprenderá muchísimas cosas y que ellos estarán muy orgullosos de él si se porta bien. También pueden llevarle a la zona de juego, ya que, sin duda, será la parte más atractiva para el niño y puede que el saber que podrá jugar allí le haga sentirse menos triste.

También será importante que, aunque los padres también estén preocupados por este cambio, se muestren ilusionados y naturales ante el pequeño, ya que si él nota que también ellos están angustiados, aún se sentirá más agobiado y no querrá ir. Y es que, a menudo los padres creen que sus niños, al ser pequeños, no perciben este tipo de comportamientos o sentimientos. Todo lo contrario, ya que para los niños es fácil sentirlo.


Pautas recomendadas para los padres


Además, aunque la mayoría de los niños lloran el primer día de guardería o colegio, será importante que sus padres no cedan, ya que, si el pequeño comprueba que de este modo, su papá o mamá no se va, lo hará cada día. Aunque sea complicado para los padres dejarlo allí solo, al menos al principio, deberán actuar con naturalidad, explicarles que dentro de un rato volverán a recogerle y animarle a que lo pase bien. Si les transmiten esta seguridad a los niños, ellos se relajaran un poco.

Esta adaptación al principio como se ha dicho puede resultar complicada, aunque es importante que los padres sean pacientes y que le indiquen a la educadora del centro todos los cambios, en cuanto a comidas, sueño… que pueda experimentar el pequeño como consecuencia de este nuevo paso en su vida. Así, la educadora sabrá cómo tratar al pequeño e ir ayudándole a que supere los miedos que pueda tener. Esta comunicación entre el centro y los padres es importantísima, para que, entre ambas partes logren que el niño se adapte lo antes posible.