La entrada a un centro escolar supone para el niño el cambio más importante que va a tener en su corta vida. Hasta ahora ha estado rodeado de sus padres y familiares, en su casa o en un entorno conocido, pero con la salida del nido todo cambia a su alrededor, las personas, las situaciones, el contexto físico… Es un proceso que requiere de una adaptación paulatina, el que sea más o menos rápida y adecuada dependerá del propio niño, pero también de como se enfoque la situación por parte de familia y educadores.
Esta adaptación no va a ser igual si hablamos de un bebé de meses que de un niño de dos año.
En el caso de los bebés, pese a notar el cambio, su proceso va a ser más sencillo, no comprende todavía todo lo que le rodea y aceptará mejor las novedades. Según crece será más complicado explicarle que se tiene que quedar en ese sitio sin sus seres queridos y que lo acepte de buen grado. Por ello lo mejor es ir preparando el terreno poco a poco.