La primera comunión

Tomar la comunión se ha convertido en un evento social que se debe planificar, las opciones son muchas y los padres deben saber qué es lo que quieren para ese día, siempre sin perder de vista quien es el protagonista.

Hoy en día la mayoría de los niños siguen celebrando su primera comunión.

Pese a que ha habido un notable descenso, y ya no son todos los que pasan por el altar, como hace unos años, lo cierto es que esta celebración católica se ha convertido en un todo un acto social.

Bien sea por tradición, por devoción o por que el niño se empeña, los padres que decidan que su hijo tome la comunión deben de tener en cuenta una serie de aspectos.


La ceremonia y el traje


Lo primero es la ceremonia, no suele causar a los padres dolores de cabeza, es la Iglesia o la parroquia la que se encarga de todo y en ocasiones el propio centro escolar. Los niños asisten a catequesis y conocen mejor incluso que los propios padres como se desarrollará el acto. Quizá donde sí tengan que participar es en adornar la iglesia o en contratar al fotógrafo, aunque normalmente no comulga un niño solo por lo que suelen ser gastos compartidos.

Lo que sí suele traer de cabeza a los padres, sea un evento sencillo o más elaborado, es el traje. Y aquí hay importantes diferencias si hablamos de niñas o de niños.

Las niñas se han convertido en auténticas novias en miniatura, de hecho las casas de novias tienen colecciones especiales para ellas. Para los que no estén dispuestos a hacer esa inversión existe la posibilidad de alquilar los trajes, también se puede recurrir a una modista o a internet, donde se pueden encontrar verdaderas ofertas.

El caso de los niños suele ser menos complicado, aun así han pasado del típico traje de marinerito a verdaderos trajes de novio también. Pantalón, chaqueta, chaleco, camisa, corbata… Un pequeño gentleman no apto pata todos los gustos. Afortunadamente los niños tienen la ventaja de poder comulgar con mayor sencillez de vestuario por lo que con un pantalón, una camisa o suéter de vestir y una cazadora puede ir perfecto, y además puede reutilizar las prendas.


La comida


Una vez está clara la ceremonia y el traje del protagonista queda pensar qué se hará después. ¿Una comida en un restaurante? ¿Una fiesta en casa? ¿Un aperitivo cerca de la iglesia? ¿Con toda la familia? ¿Solo los allegados? ¿Invitamos a los amigos? Las preguntas son tantas que los padres deben pensar con serenidad qué es exactamente lo que desean y sobre todo de qué presupuesto se dispone.

Lo habitual es invitar a comer a los familiares y amigos. Las opciones son varias. Si nos decidimos por el típico restaurante de banquetes habrá que tener muy en cuenta las fechas y reservar con antelación suficiente, en algunos casos hablamos de más de un año. Elegir el menú, enviar las invitaciones, comprar los regalos, elaborar la lista de regalos… Exactamente igual que en una boda.

Otra opción muy en boga es reservar un bar restaurante en un polideportivo próximo. En la época de las comuniones hace buen tiempo y es una opción cada vez más extendida disfrutar de una comida al aire libre en una zona verde, además de resultar mucho más económica. Por otro lado siempre hay quien lo hace en casa. Si se dispone de espacio es otra buena alternativa, se puede contratar un catering, servicio de camareros e incluso las mesas y sillas, las ventajas de un restaurante pero con la comodidad del hogar.


La animación


Pese a todos estos preparativos no se puede perder de vista que es una fiesta para nuestro hijo. Más que la comida o el local lo que el comuniante va a apreciar es contar con animación tras la comida. Normalmente se puede contratar este servicio en el restaurante, también está la opción de buscarlo por nuestra cuenta y ofrecer una sorpresa a nuestro hijo con la aparición de sus personajes favoritos. Si la fiesta es en casa o en un lugar espacioso podemos incluso alquilar juegos hinchables por poco más de 100 euros.

Pero si de verdad queremos que este día la fiesta sea solo para él podemos elegir celebrar la comunión en un sitio de su gusto: una pista de karts, una bolera, un parque de atracciones…

Ante la primera Comunión lo más importante es definir con antelación que tipo de fiesta se va a realizar, fijar un presupuesto y en función del mismo elaborar una lista con todos los detalles a tener en cuenta para que no se nos escape nada. Si todo está bien organizado ese día solo tendremos que disfrutar con nuestro hijo.